Hoy día el frente de batalla lo están conformando los periodistas y las empresas de comunicación por un lado y el pueblo organizado junto con su gobierno popular por el otro, los periodistas son la maquina humana que idea y que sirve a los empresarios dueños del negocio de la prensa: como negocio, sabemos que el patrón impone sus normas y dice que quiere y como quiere, que se haga el negocio
Entonces los medios de comunicación son hoy un binomio, que se puede explicar con un símil popular “el niño llorón y la mamá que lo pellizca”. La mamá es el dueñ@ del negocio – periódico o radio, televisora, revista, video juego, teatro o cine- y el niño llorón, los periodistas.
Aunque, con respecto a esa idea de que a los periodistas, les mandan los dueños del negocio a usar medias verdades o a desinformar para destruir al gobierno Venezolano y a la Constitución- como ya lo hicieron el 11 de abril del 2002- no es del todo cierto. Mire que hay bastantes periodistas que son bien originales y autónomos, en cuanto a su odio al pueblo a los excluidos de siempre a los obreros, en definitiva a los pobres, estos periodistas no esperan ordenes de nadie para despotricar y denigrar de las clases populares y para exigir además; se le respeten sus “derechos de elite” sus espacios sus comercios, sus hoteles sus lugares de turismo, sus marcas. Nos consideran chusma.
Son, estos en general, periodistas de clase alta y sifrinos o periodistas que dada su inestable y endeble mente han sido colonizados por el hegemon del Tío Sam ¡EE UU,USA!, han sido presa de la alineación capitalista y ahora, antes de amar a su madre o a su país, aman a la madre de Mickey y antes de amar al Hurí , el llano la Gran Sabana, aman a “World Disney” o a la Represa Hoover.
Estos periodistas y comerciantes de noticias; en definitiva reclaman el mantenimiento de su estilo exquisito de vivir y odian y exigen que acaben a esos pueblerinos con exigencias de atención y manejo de recursos. Los pobres administrando ¡ Horror! lo que están es disminuyendo las remesas o mesadas que papa ESTADO, les daba para que ellos se gozaran a Venezuela. Son estos los periodistas y comerciantes de periódicos y noticias que gritan desaforados; ¡ no das! “que se acabe eso de VENEZUELA ES DE TODOS” y “AHORA PDVSA ES DE TODOS”.
Ahora bien estos tiempos del mundo, donde la ingenuidad o la ignorancia política, te puede llevar a que se deshiele los polos y muramos todos los seres vivos del planeta azul o puede llevar a que se apoye la idea de que vengan los USA MARINES- a traernos el FREDOM, la libertad y la pax americana ; puede hacer que terminemos como los iraquíes o los palestinos, humillados, asesinados en masa, expoliados empobrecidos o como Puerto Rico, sin patria, sin nacionalidad, sin soberanía.
No permitamos que nuestra mente o nuestro corazón sean tomados por los enemigos del pueblo, los empresarios de la prensa y los periodistas que usan su arte para lavar el patriotismo de la mente del venezolano, son los verdaderos enemigos.
Este binomio diabólico es el que quiere minar los sentimientos tiernos del pueblo esa ternura popular que nace de la humildad, la sencillez, para así suplantar la ternura del pueblo por rechazo al proyecto de país y odio al líder del mismo.
Nuestras mentes no pueden dejarse confundir con los mensajes y las ofertas engañosas que agraden a l@s usuarios y llevan al pueblo a confundir la realidad con la fantasía a lo objetivo, que es el explotador, con la virtualidad que nos ofrecen los e- mail o las noticias, donde los explotadores son vestidos y maquillados para parecer ovejas que al final se comerán a la abuelita de caperucita y al mismo pueblo que se deje convertir en caperucita.
El pueblo y la clase trabajadora con sus necesidades comunes debemos estar en una búsqueda constante de la solidaridad que solo la logra el pueblo, cuando logra identificar entre todos los mensajes con los que nos bombardean, cuales son los lesivos y entre sus agresores un patrón común, que no es otro, que una oligarquía odiosa y malvada, que no quiere compartir, solo quiere imponer, excluir y arrebatar.
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