A pesar del gigantesco apoyo mediático con que cuentan los lacayos del imperialismo para tergiversar la realidad del país, diversas encuestadoras (-y no precisamente afectas al gobierno-) reflejan el creciente apoyo popular de respaldo a la gestión del Comandante Chávez. ¡Es imposible tapar el sol con un dedo! Pero, mientras el Comandante batalla contra las pretensiones secesionistas, guerreristas, intervencionistas y magnicidas del imperio; mientras abona y construye el camino para hacer realidad la utopía del socialismo en Venezuela; mientras construye los instrumentos para la verdadera y efectiva integración regional, algunas situaciones internas magnificadas mediáticamente por los lacayos parecieran eclipsar lo valioso.
Es cierto, los lacayos del imperialismo han mordido el polvo de la derrota. En varios espacios y sectores de la vida pública (el abastecimiento alimenticio, la seguridad, la economía, comunicacional, etc.) se respiran aires de mejoría, de resultados reales y concretos que han desequilibrado el plan de sabotaje criminal y terrorista con el que nuestra lumpen-burguesía que pretendía doblegar por hambre a nuestro noble pueblo. Las 3R (revisión, rectificación y reimpulso) se imponen con cierto éxito (–aunque nada es perfecto-). La profundización de la revolución; las nacionalizaciones de algunas industrias lácteas, del cemento, de SIDOR, etc.; la derrota de la Exxon; el nacimiento del PSUV; el verbo encendido y concientizador del Comandante Chávez; y la lucha de clases, han resucitado el espíritu de la revolución. Pero nadie ha dicho que esta batalla está ganada. Reconozcamos nuestras debilidades. Esta es guerra es de desgaste.
Para este artículo sólo citaremos uno de los grandes problemas que afectan a la revolución, y del que varios oportunistas se han aprovechado para responsabilizar al que más ha hecho por resolverlo. Veamos.
El INDECU, gracias a su nuevo presidente Eduardo Samán, ha podido propinarles varios golpes a los especuladores y acaparadores de siempre agrupados, sobre todo, en el sector comercio. Hasta hoy un sinnúmero de locales comerciales han sido multados y cerrados por breves tiempo (según lo estipulado en las leyes). Pero estas acciones no resuelven el problema. Los especuladores se hacen más hábiles y nuevamente vuelven a lo mismo.
La especulación (inflación), además de sus fines políticos golpistas, les procuran a estos ladrones mayores ganancias por una pequeña cantidad de productos comercializados. En otras palabras. La especulación es un gran negocio para el capitalista que nuestras Leyes no pueden detener. Una multa y un cierre temporal son insignificantes frente a la gran ganancia obtenida por el robo que diariamente acometen estos ladrones. Solo la cárcel acompañada de una gran movilización popular amedrentaría a estos cuatreros. De todo esto es consciente el mismo Samán, como también de que sus manos están atadas. Samn no es Juez para llevarlos a prisión. Urgen Leyes inexorables y Jueces indoblegables.
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