Este viernes próximo es el Día del Periodista. Y recientemente hubo elecciones del gremio. Uno de los electos, el periodista Williams Echeverría dijo en una entrevista publicada en El Nacional el 22/06/08, que "los periodistas debemos disculparnos con el país". Ya lo creo que sí. Una disculpa enorme. Pero más enorme es el esfuerzo que debemos hacer los periodistas para recuperar la credibilidad perdida. Cada quien defiende, dependiendo de la acera donde se ubique, la verdad que está de su lado.
Y es que como venezolana y como periodista me cuesta mucho creerle a los medios de comunicación. Porque antes de la ética, los periodistas anteponen la militancia política. "Periodismo militante" lo llama una amiga periodista. Baste recordar reseñas de prensa sobre las marchas de años anteriores . El número de marchistas difería dependiendo del medio que las "cubriera". Para VTV siempre había un millón de personas en una marcha pro gobierno. Globovisión, en esa marcha, sólo alcanzaba contar hasta cien mil. Para Globovisión siempre había un millón de personas en una marcha de la oposición. VTV, en la misma marcha, sólo veía unos cien mil asistentes. Los ejemplos, en los días más intensos de la polarización política, fueron vergonzosos
En tiempos recientes, el desquiciamiento ha buscado otros derroteros. La libertad de expresión, el acaparamiento, el desabastecimiento, los índices de inseguridad, el desempleo, la salud, el tránsito, las elecciones del PSUV, las inhabilitaciones etc., son temas que pasan sólo por un tamiz ideológico. El tamiz ético está perforado. Es así como un periodista militante de la oposición es capaz de hacer un reportaje donde "demuestra" que en Venezuela no hay libertad de expresión y al mismo tiempo otro, militante de la otra acera, da un triple salto mortal para demostrar que ha mejorado la "situación de inseguridad en el país". Es el periodismo militante.
La ética sigue pues, de vacaciones. En la misma entrevista citada arriba interrogan al electo Presidente del CNP en Caracas: ¿Qué hay aquí: una dictadura, una democracia, una revolución o ninguna de las anteriores? Y el periodista responde: Ninguna de las anteriores. Nada ha cambiado, Echeverría. Si usted es el abanderado de las disculpas, a los periodistas nos tocará vivir en eterna penitencia.
mechacin@gmail.com