No funciona. Entre muchas razones porque enfrenta una estructura invisible más poderosa, con más capital y tecnología; cuyos intereses hacen que la ingeniería mediática adversaria, tenga objetivos comunes, independientemente del lugar donde se ubique cualquier medio. Cuando la oposición quiere imponer un mensaje en contra del gobierno venezolano, puede hacerlo simultáneamente y con la misma eficacia en Colombia, España, Venezuela y Estados Unidos. De hecho puede hacerlo en más países, pero cito éstos, tan solo para comentar como se relacionan. Por ejemplo, el grupo Cisneros participa en Caracol TV, de Colombia, un canal importante perteneciente al grupo Bavaria, que a su vez es dueño de la línea aérea Avianca y tiene participación accionaria en el grupo PRISA de España, que también es dueño de importantes medios en ese país. Cisneros es socio desde 1995 de Hughes Electronics, vinculada a General Motors y a Direct TV Latin America, presente en 28 países. En España Direc TV es accionista de la nueva plataforma digital producto de la fusión entre Vía Digital (telefónica) y Canal Satélite Digital (PRISA) Y también sucede que otro de los socios de Caracol de Colombia es el grupo PRISA de España. El grupo Time Warner, primer conglomerado mundial de comunicación, propietario de CNN, es accionista en España, de un 50% de la cadena CNN +, precisamente a través de CNN. Y el otro 50% es del grupo PRISA, ¿Qué tal?
Usted amigo lector no conoce esas relaciones y por eso cree en algunos mensajes que parecen provenir de fuentes y países distintos, pero no es así. Si un televidente desprevenido e inocente ve que en España hablan mal de las políticas económicas del gobierno venezolano, y las mismas críticas las ve y escucha en medios colombianos, y también en medios norteamericanos. Es lógico que piense algo como: ¡caramba esto tiene que ser verdad!, no todos pueden estar mintiendo. Pues sí, todos están mintiendo, porque es una red invisible de intereses de unos pequeños grupos que dominan las telecomunicaciones y otros sectores de la economía.
Por su parte, el gobierno crea la agencia de noticias Telesur, una estupenda iniciativa que cual rey David ha ganado algunas batallas al Goliat de CNN. Ejemplo, las transmisiones de los rehenes liberados por las FARC durante la intermediación del presidente Chávez. Pero Telesur está lejos de ser un poder mediático, su poder es moral, ético, pero es vulnerable a las políticas inmorales de gobiernos de derecha. Ello se evidenció cuando el gobierno colombiano plagió el logo de Telesur y el de la Cruz Roja para liberar a Ingrid Betacounrt y otros rehenes.
Pero estas relaciones son apenas una gota en el mar. Pues la cadena se extiende incluso hasta periódicos de provincias y emisoras regionales. Y aunque usted no lo crea hasta los cantantes. ¿Se acuerdan del español Alejandro Sanz?, luego de protagonizar algunos ataques al gobierno venezolano, ahora aparece tocando la guitarra en un emotivo vídeo de la campaña política de Obama. Contrarrestar el mensaje mediático que esconde la violación a derechos humanos, tergiversa la información para beneficio económico de unos pocos y que conspira contra el derrocamiento de gobiernos que buscan el desarrollo de sus pueblos, pasa por desmontar esas redes, y construir otras cuyo común denominador sea el interés del colectivo y no de grupos económicos. Pero el primer paso y lo más difícil es desenmascarar esa ingeniería mediática. Así que no consuma noticias como si fuese verdad o coca cola.
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