Tráeme el cadáver y creeré que es noticia, es la consigna del periodismo que practican El Nacional, El Universal, 2001, El Nuevo País y Tal Cual, emulados por muchos rotativos en el interior del país intentando darle bases más sólidas y verdaderamente creíbles, aunque sea en medio de inventos y mentiras, manipulaciones y periodismo basura, a una organización política que cuando se quite la careta salga a solicitar votos bajo el nombre de P.E.O. Han logrado hasta ahora penetrar casi delincuencialmente en el colectivo, mediante actuaciones que regurgitan estrategias destinadas a tumbar, derrocar o hacer caer al rrrrégimennnn, al que llaman así en actitud ridícula que desdice de la seriedad informativa, haciéndose eco de mentes poco inteligentes quienes ya dejaron de hacerlo, pero gustaban llamar al Presidente venezolano “teniente coronel”, procurando descalificar ese grado castrense como si se tratase de abogaduchos, medicuchos, fablistanes (charlatanes) o politicuchos, porque el despectivo aunque sea utilizado disimuladamente, es indefectiblemente destinado a perjudicar. Este P.E.O. no va más allá de los fracasos cosechados elección tras elección, con la excepción del 2-D 2002, cuando lograron asustar a la población votante, satanizando las reformas a la Carta Magna de la República Bolivariana. mediante una gigantesca campaña desplegada descaradamente reseñando como noticias, las opiniones más absurdas e imbéciles que a alguien se le ocurriese inventar acerca de las reformas, sin preocuparse por mencionar dónde estaban escritos tales peligros en lo que se le proponía al colectivo, que terminó por no acudir a las urnas, ganando la abstención por mucha ventaja, ventaja que mal interpretaron los “lìderes” de la oposición y los publicistas del periodismo irracional, temerario y aterrorizante, terrorismo mediático que dignifica el P.E.O., que es su sueño para gobernar la nación como lo hicieron hasta Febrero de 1999. Fue una victoria por menos de 50 mil votos que perjudicó al líder de la revolución, pero formando un escándalo en la utilización del P.E.O. hizo creer a la colectividad engañada más no idiota, que “el mandado estaba hecho”. No ha resultado así para mala suerte de los adoradores de antiguos regímenes o antiguas administraciones dizque democráticas, pero que se impusieron en la mal llamada democracia representativa mediante censura de prensa, cierre temporal de televisoras y emisoras de radio, censura a periódicos y largos períodos con las garantías suspendidas. Lo más reciente del P.E.O. fue pasto amarillista de titulares de primera plana, para hacernos creer que en billetes, un venezolano estadounidense que hoy para salvarse de la cárcel es títere y ventrílocuo de los planes desestabilizadores de la CIA y el FBI contra Venezuela, les hizo informar haber llevado a la Argentina desde Venezuela, otros 4 millones 200 mil dólares en una maleta o maletín. Allí si fue verdad que el P.E.O. se pasó de abusador insultando a la inteligencia, pues hasta el más lerdo pensante se pregunta cuánto pesa esa cantidad introducida en un maletín o maleta, o qué tamaño tendrá esa maleta para no llamar la atención si alguien intentara hacer pasar por un aeropuerto los kilos que en papel, puedan pesar cuatro millones doscientos mil billetes de cien dólares. De verdad verdad que este P.E.O. es decir ese partido político Periodismo Electoral Organizado, o Periodismo Electorero Obtuso, o P.E.O. Periodismo Engañoso Obsesionado, por envenenador de la opinión pública, ha recibido un aólido nocaut K O al P.E.O. quedando sin vida, por su insistencia en insultar a la inteligencia de sus lectores, oyentes y televidentes.
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