"Nosotros somos unos demócratas desde chiquito, amo la democracia, nunca he hecho nada antidemocrático, amamos con locura que esto se resuelva con votos, como se hace en toda democracia. Acaso no fui yo uno de los más justos demócratas los días anteriores al golpe del 11 de abril. Acaso nosotros desde “El Nacional” con nuestros editoriales no llamamos a la paz, a la justicia, al amor entre los venezolanos. Aquí muestro una prueba del editorial sano, justo, sereno, decente, humilde y probo que publicamos el día 10-A:
EDITORIAL
A tomar la calle
El Gobierno no pudo ocultar el paro cívico convocado ayer a pesar de emplear todos sus recursos económicos y sus triquiñuelas legales para controlar a los medios de comunicación, para evitar que la gente se enterara con total libertad sobre lo que estaba ocurriendo. Fue una muestra de autoritarismo como nunca la habíamos presenciado en estas últimas décadas, y nos demuestra la descomposición acelerada de este régimen que sólo se mantiene en pie, aunque tambaleante, apoyado en sus expresiones de fuerza y arbitrariedad, de su capacidad cada vez menor de amedrentar a la población y del accionar de sus grupos de matones, que como en la época del fascismo apaleaban a la gente decente, que quería preservar su democracia. A ese punto hemos llegado, para desgracia de Venezuela.
El presidente Chávez se ha convertido en un mentiroso contumaz y se la pasa ahora ofreciendo a los militares créditos para adquirir carros y viviendas, aumentos de sueldos y salarios para todos los venezolanos cuando sabe que el presupuesto nacional no lo permite ni la economía tampoco; se ha comprometido, en su desesperación, a pagarle los compromisos contractuales a los trabajadores de la educación. Está intentando comprar lealtades a “realazos”: qué papel más triste y qué pobre líder terminó siendo, a final de cuentas. Le resultará cuesta arriba pervertir la moral de los venezolanos que desde ya, no sólo lo desprecian por estas prácticas inmorales sino que sienten lástima por quien considera a los ciudadanos una mercancía que tiene precio.
Hoy tenemos que salir a la calle para demostrarle a ese truhán que está en el poder que los venezolanos somos gente decente y digna, que queremos avanzar hacia una nueva democracia que no esté llena de odio, ni de venganzas o resentimientos. El Presidente se ha rodeado de matones que en el pasado no les importó disparar contra gente indefensa. Ese mismo grupo anda hoy en comandita con los agentes cubanos y los grupos guerrilleros colombianos, unidos para actuar violentamente contra los venezolanos: ellos no tienen nada que hacer aquí. Este es un problema nuestro, y podemos resolverlos entre nosotros. No hay que ser cobarde, Presidente, y más bien dar la cara. Ojalá la Fuerza Armada entienda este mensaje, porque ellos van a ser las primeras víctimas de esta tutela externa. Ya los agentes extranjeros elaboraron la primera lista de quienes van a ser “neutralizados” en julio. La Fuerza Armada será desmantelada en función de los intereses continentales de la subversión. Uno a uno caerán los oficiales democráticos y sus familias serán perseguidas. No tendrán compasión con ellos. Pero no lo vamos a permitir.
Tampoco estamos solos: los grandes medios de expresión, la prensa democrática mundial, la radio y televisión, reaccionaron con asombro ante los desmanes del Gobierno al coartarle a los medios la libertad de información garantizada por las Constitución y las leyes. Una condena unánime fue la respuesta al abuso sin precedentes de encadenar los medios cada tantos minutos, en una demostración de absolutismo y de menosprecio a la sociedad, tratando inútilmente de ocultar la realidad y de negar la reacción de toda Venezuela en defensa de Pdvsa.
Tanto la Asociación Interamericana de Radiodifusión, AIR, del sector privado, y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA se pronunciaron sobre la grave crisis que amenaza a Venezuela. La palabra de la Relatoría tiene enorme autoridad, y trágico sería para el Gobierno no asumir su responsabilidad, o tratar de desconocer sus implicaciones. La Relatoría para la Libertad de Expresión de la CIDH, al tomar nota que las repetidas cadenas ordenadas por el Presidente de la República, registra que “desde el lunes 8 de abril los medios de comunicación se han visto obligados a suspender su programación habitual en varias ocasiones para transmitir en cadena nacional. En los últimos dos días el Gobierno ha hecho uso de las cadenas nacionales en más de 30 oportunidades con una duración de 15 a 20 minutos cada una”.
Hoy tenemos que salir a la calle porque esas calles nos pertenecen y no podemos dejarlas en manos de pandilleros violentos y gente entrenada por agentes extranjeros. Vamos a recorrerlas, quererlas y defenderlas porque son nuestras y de la democracia. Somos la mayoría sólo porque tenemos de nuestra parte la ley y la verdad, no la violencia. Venezuela siempre ha sido un país de todos, no de un grupo de fanáticos.
jsantroz@gmail.com