Abril, abril, abril... De nuevo en este 2009, a siete años de aquel golpe perverso, criminal e infructuoso, los sectores de la oposición venezolana que siguen soñando con sacar al Presidente de Miraflores por cualquier vía han entrado en acción con un libreto muy trillado. Para ellos, el fin justifica los medios o, como en la recordada telenovela brasilera, para lograr su objetivo ¡vale todo! Con un empeño digno de mejores causas, todos los esfuerzos de esta alucinada oposición se colocan en servir una mesa con piezas desgastadas, trajes raídos, discursos manidos, rostros descoloridos y escenarios desvencijados. Es que no se dan cuenta. Las partituras de ARS no sirven. Tanto ellos como nosotros, apenas hacen la puesta en escena, que por lo que observamos la reviven cada seis meses, nos remontamos al año 2002.
Cada sector rememora de inmediato los lacerantes eventos de aquel abril. Caída y rápido retorno. Huida, pies en polvorosa, estampida de Miraflores.
Imágenes, movimientos, múltiples hechos que recuerdan la impunidad y el cinismo. Todo lo cual tuvo un continuum con el paro sabotaje petrolero, también de ingrata recordación. No obstante, a este abril de 2009 le precede el 15-F y los resultados de aprobación de la enmienda constitucional. La operación "jaque al rey" se revirtió en favor del gobierno bolivariano.
Abril... abril. Fedecámaras realiza su reunión anual en Cumaná. Previo a ello, sus dirigentes vociferan en contra de las medidas de regulación y control que norman la economía en el país. Claman con rabia por el libre mercado sin detallar lo que ocurre más allá de sus narices y de sus deseos. "La economía se contrajo; el consumo está en su nivel más bajo; la crisis es total", afirman (?).
El denominado por ellos "movimiento estudiantil", virtual total, no se levanta como Lázaro a pesar de los desesperados llamados que le lanzan por Globovisión. Este canal monta ollas, ollitas y ollotas informativas ¡y nada! A eso se suman las acciones en tono prosopopéyico, con todo su ritual parafernálico, de la alta jerarquía eclesiástica: la CEV, los obispos, el Cardenal, ¡y nada! Ese guión está quemado y cremado. Cenizas son.
Periodista/Prof. universitaria