Corriendo el riesgo de que me llamen jala bolas, quiero compartir el alivio y la alegría que sentí escuchando hoy al Presidente Chávez hablar sobre programas y proyectos ejecutados y en ejecución. Una vez más Chávez nos da una lección, en este caso sobre el norte que debe guiar la política comunicacional revolucionaria.
No es posible que Globovisión se convierta en el tema principal de nuestros comunicadores, como si en el país no estuvieran ocurriendo sino lo que destaca o denigra ese cloacanal.
Es necesario desmontar las mentiras y campañas sucias de los medios al servicio del enemigo, pero es más necesario aún destacar lo que estamos haciendo, hacerle seguimiento a lo anunciado y reconocer lo que no estamos haciendo o estamos haciendo mal para corregir a tiempo lo que sea necesario.
Comunicar es informar, no defenderse. Debemos adoptar una actitud proactiva, no podemos seguir reaccionando como doncellas ofendidas. Los medios de oposición, están defendiendo sin ninguna ética y limites, intereses totalmente opuestos a los nuestros y lo van a seguir haciendo, pero nosotros no podemos caer en su juego. No podemos dejar que Globovisión y sus secuaces secuestren nuestra atención.
De seguir así nosotros vamos a provocar nuestra propia disociación. No vamos a saber lo que está pasando en el país, ni dónde están las oficinas públicas, los CDI o las escuelas, ni a que eventos podemos asistir. Muchos “Chavistas” desconocen el contenido del Plan Simón Bolívar, pero sí saben lo que dijo o no dijo Ravel.
Hay medios y comunicador@s que lo están haciendo muy bien, pero la calidad de algo tan importante como la comunicación no puede depender de iniciativas o talentos individuales. Tenemos que redefinir nuestra política comunicacional, tenemos que revisar nuestros medios, tenemos que activar las oficinas de comunicación de las instituciones públicas y tenemos que formar adecuadamente nuevos comunicadores.
Hoy Chávez nos sacó las patas del barro. A mi particularmente, me despertó de una pesadilla en la cual veía a los escuálidos marchar con un cintillo que decía “Globovisión los tiene locos”.
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