La imprescindible sanción a la corrupta Globovisión

Impunidad mediática ante un pueblo sediento de justicia

Sancionar es normal, legislar, decretar, es aplicar la ley establecida. En un país de amplios períodos y temas de impunidad, después de diez años empezamos a ver una interesante movilización de acciones jurídicas que nos permiten levantar la autoestima revolucionaria, ya que aunque no existen aún culpables, se empiezan a ver ya no sólo en la oposición, sino dentro del mismo proceso revolucionarios la búsqueda de castigo ante hechos dolosos, corrupción o posturas impropias ante el proyecto de país.

Esta acción ha llegado tarde, pero bienvenida sea, especialmente en un momento de gran cuestionamiento autocrítica en cuanto a las orientaciones de nuestro socialismo. Claro está, esto se ve parcialmente opacado por la disposición más próxima a concretarse en torno al partido político Globovisión, que hace uso del espectro radioeléctrico de todos los venezolanos para atemorizar, desorientar, mentir, difamar y hacer política con el recurso de todos los venezolanos, esto es corrupción.

Sin embargo, al hacer esta reflexión, de inmediato salta de manera conciente la pregunta de si nosotros estamos haciendo lo mismo con VTV, a lo que respondería con una tajante afirmación, ¡NO!, pero no por ello debemos reconocer la necesidad de ser menos reactivos y más auténticos en la forma de comunicar la revolución a través del principal medio de información del país. Debemos pasar de una defensa del contraataque a una defensa del ataque creativo, veraz e inmediato, en tiempo real. Quizá así podremos dejar de ser reactivos y tener más argumento para pedir todo el peso de la ley ante la impunidad mediática que daña la psiquis de los venezolanos más susceptibles a la influencia de los medios, nuestra triste clase media.

Globovisión es necesario para la revolución, porque tener un medio que nos muestre constantemente lo que piensa la otra cara que cotidianamente no contactamos, aquella que sueña frustradamente con ser colonia del imperio, que vive de desarrollar lo material y lo artificial como valores que orientan la vida, donde lo material está antes que lo humano, y el desprecio hacia quienes no son iguales a ellos se transpira por la piel, siempre será necesario. Pero esto no puede justificar de ninguna manera que se incite al odio y al desprecio tal como ellos lo hacen, recordemos a Ruanda, cuando se tuvo que instalar El Tribunal Penal Internacional para Ruanda, creado el 8 de noviembre de 1994, por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a siete meses del genocidio generado tras el atentado contra el presidente ruandés Juvenal Habyarimana y su homólogo burundiano Cyprien Ntaryamira, el objeto de esta corte fue, arrestar, juzgar y condenar a los autores o promotores del genocidio ruandés.

En esa oportunidad, estas autoridades internacionales a través del tribunal penal antes citado, sentenció al reportero belga Georges Henry Ruggiu, de la Radio Televisión Libre des Milles Hollines (RTLM) a 12 años de cárcel, por haber apoyado públicamente con sus reportes a la tribu Hutu, lo cual incitó a la masacre de la población Tutti. Según un cable de prensa emitido el 1° de junio de 2000, la corte “señaló que el acusado, en su calidad de periodista, desempeñó un papel crucial en la incitación al odio étnico y a la violencia”. Con este precedente internacional no podemos esperar en Venezuela que esto pase para tomar sanciones aleccionadoras y castigo ante esta gran desfachatez.

La sanción a Globovisión debe ser inmediata, ya han pasado diez años de impunidad, entre golpes y paros, y aunque necesitemos una ventana ante la realidad de un pequeño grupo de venezolanos desclasados y apátridas, nuestro país no soporta más odio, necesitamos medios que se opongan racionalmente, sin incitar al exterminio de la revolución y de los revolucionarios, en plena libertad de expresión. Esta sanción puede variar desde la suspensión temporal de la transmisión más una multa, hasta la revocatoria de la concesión, pero cualquiera que sea, decidido por la instancia pertinente, debe entenderse como la acción más justa ante quienes hacen del odio, el racismos y el desprecio un negocio rentable.

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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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