Bolívar no le aceptaba la menor traición a la patria absolutamente a nadie en medio del escenario de la lucha por la independencia, que a decir de nuestro Presidente Chávez se trata de la misma que hoy afrontamos en este continente. Imagínense que Bolívar cada día y en sus narices tuviese que vivir escuchando a unos tipos que llaman a sabotear la economía del país, que piden a gritos la intervención extranjera en nuestro suelo; que suplican porque a los pueblo que tratan de liberarse del yugo yanqui se les triture, se les bloquee, se le aplaste con toda clase de pestes e invasiones. Imagínense a Bolívar siendo saboteado todos los días por invenciones como las que las que crea el hijo de puta del Matacuras. Consideren que en aquella época un tipejo como el Matacuras en plena lucha revolucionaria se iba a trasladar a Washington para reunirse con James Monroe y pedirles ayuda para los realistas. Piensen un solo instante al Matacuras justificando la presencia aquella de las naves Tigre y Libertad de los yanquis en aguas del Orinoco para abastecer de armas a nuestros enemigos, diciendo que estaban en su derecho, que se trataba únicamente de una operación comercial y que en fin EE UU le asistía el derecho internacional por cuanto se había declarado neutral en nuestro conflicto. Piensen, carajo que eso hubiera hecho entonces el Matacuras. Ciertamente, en 1818 se presentaron dos goletas, la Tigre y la Libertad, provenientes de EE UU, entraron por el Orinoco, bajaron por la región de Angostura y todo para abastecer de armas y alimentos a los realistas. En esa zona se preparaban serios combates y el Libertador había decretado un bloqueo, el cual hizo público a todas las naciones del mundo. Las dos goletas haciéndose las inocentes pretendieron burlar nuestras fuerzas; pero fueron apresadas y se les confiscó todo lo que llevaban. ¡Ay Dios mío!, los gringos formaron la Dios es Cristo, y amenazaban con represalias. Debemos recordar que Bolívar era invariable y severo en todo lo que concernía a nuestra soberanía y a nuestra dignidad como hombres, y si alguien como el Matacuras se hubiera puesto con pendejadas a defender esa horrible violación de nuestra soberanía, se habría ordenando de ipso facto su descuartizamiento. Nuestro Libertador incluso hubo momentos en que desafió al propio cielo, porque algunos creían ver en los fenómenos naturales la causa de alguna oposición a sus ideales de libertad. El honor era esencial para su sentido de la vida y por supuesto que un medio como esa bazofia de Globovisión no habría funcionado ni un solo segundo. Viendo Bolívar lo que hoy nos pasa con esa mierda de canal no habría vacilado en exclamar: “En América no hay dignidad y tengo vergüenza de llamarme americano”.
Al saber los yanquis que habían sido detenidos los buques, pidieron a través de su agente en Venezuela, Bautista Irvine, una inmediata indemnización. La actitud de siempre. Es que no puedo dejar de ver al Matacuras con un programa similar en aquella época diciendo: “¿Qué tienen que ver honestos y respetables comerciantes que nada conocen del conflicto entre España y nosotros con parcialización por una u otra causa? El mundo nos debe estar viendo como unos caníbales que en nada respetamos el derecho internacional. En una guerra hay que permitir el libre comercio porque de otra manera no tendremos de qué comer.”
Se consideraban los gringos heridos en lo más profundo de su dignidad, porque no hay nada que martirice tanto a los sajones del norte como aquello que tenga que ver con los negocios, con el dólar. Así pues, interviene Bautista Irvine con su lenguaje quejoso y acusa de ilegal y abusivo el apresamiento de los buques. El argumento principal que esgrime Irvine es que se le ha hecho daño a los neutrales. En este caso al gobierno norteamericano, quien ha declarado al mundo que no tiene interés alguno en participar en nuestra contienda con España. Bolívar no deja esperar su contundente respuesta: “¡Neutrales! quienes han intentado y ejecutado burlar el bloqueo y el sitio de las plazas de Guayana y Angostura, para dar armas a unos verdugos y para alimentar a unos tigres, que por tres siglos han derramado la mayor parte de la sangre americana. ¡Sangre de sus propios hermanos!” Pero aquí volvemos a ver al Matacuras exclamando que así no se puede hablar con tamañas ofensas y agresividades. Que nos vamos a quedar sin aliados en el mundo, que la violencia en el lenguaje y las acciones lo que hace es propiciar el odio y la división entre los venezolanos. Que razón tiene Irvine porque ellos, los gringos, desconocían absolutamente el bloqueo.
Qué malditos.
Entonces Bolívar le aclara a Irvine y a todos los Matacuras del mundo que en la Gaceta de Norfolk (en EE UU), del 6 de enero de 1817, había sido publicado el estado de bloqueo a dicha zona. Que el buque Tigre no zarpó hasta el 17 del mismo mes y que este argumento -ratifica el Libertador- es por sí bastante para declarar a la Tigre como buena presa. “Desde el momento en que este buque -dice el Libertador- introdujo elementos militares a nuestros enemigos para hacernos la guerra. violó la neutralidad, y pasó de este estado al beligerante: tomó parte en nuestra contienda a favor de nuestros enemigos, y del mismo modo que, si algunos ciudadanos de los EE UU tomasen servicio como españoles, estarían sujetos a las leyes que practicamos contra éstos; los buques que protegen, auxilian o sirven su causa deben estarlo y lo están. Casi al final de este documento -del 6 de agosto-, que consta de unas seis densas páginas, Bolívar arremete: ¿No sería muy sensible que las leyes las practicase el débil y los abusos los practicase el fuerte? Tal sería nuestro destino si nosotros sólo respetásemos los principios y nuestros enemigos nos destruyesen violándolos. Aquí Bolívar nos revela una fuerza de predicción tremenda con respecto a la política del Norte. Nada más cierto eso de que EE.UU. siempre exige cuando le conviene el cumplimiento de las leyes, pero se ríe en las mismísimas barbas del débil el día que las viola Todavía está fresco en Latinoamérica su inaudito apoyo al Imperio Británico en el caso de las Malvinas. Hoy estos gringos con su Obama de primero se ríen del golpe que se ha dado en Honduras. Sin duda que bajo las órdenes de Bolívar se podía confiar; era Bolívar de esa clase de hombres que jamás dejaba a sus compatriotas en la estacada; que llevaba hasta las últimas consecuencias la defensa de su dignidad, la integridad de su hombría, que entonces era representación de la virilidad de todo un continente, y ni un solo Matacuras habría osado montar un programa como el que hoy destroza a todos los venezolanos. Definitivamente hay que decirlo, esta revolución dista mucho todavía de ser realmente bolivariana. Qué vaina.
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