Necesitamos más pronto que tarde o mejor dicho con urgencia, apoyo a los medios alternativos comunitarios

No terminábamos de recibir nuestro merecido premio municipal: como la mejor radio alternativa comunitaria del año, Al Son del 23 FM. (cosa que ya decía que merecíamos el año pasado, la periodista Lil Rodríguez, pero que por eso del burocratismo no se nos concedió) cuando estalla el inmoral golpe de estado fascista, en la hermana republica de Honduras, sustentado con armas de guerra mediática de Cuarta Generación haciendo el mismo papel que en Venezuela, el 11 de Abril del 2002. Sólo el pueblo hondureño salvará al pueblo hondureño; al igual que acá, en medio de la angustia y la incertidumbre provocada por el silencio mediático, el pueblo en la calle salvo al proceso venezolano de las garras gorilas al calor de aquellos acontecimientos del 11; 12 y 13 de Abril del año 2002.

Cuando se hace mención a medio de comunicación se hace referencia, al instrumento o forma de contenido por el cual se realiza, el proceso comunicacional o la comunicación. Usualmente se utiliza el término para hacer referencia a los medios de comunicación masivos o de masas. Los medios de comunicación son instrumentos en constante evolución y una de sus características reside, en que posibilitan que amplios contenidos de información lleguen a extendidos lugares del planeta, en forma inmediata y simultánea.

La globalización permanentemente transforma la imagen televisada en pasión por la imagen, con la intermediación impuesta por las tecnologías digitales que amarran a cada individuo a una pantalla (Internet, teléfono portátil, cine hogareño, televisor, etc.) donde no sólo se perciben los sucesos del mundo, sino que se destila y sobre todo esto, masivamente la ideología dominante como producto y reflejo de la esclavitud económica. "La ideología -escribió Engels - es un proceso que el presunto pensador cumple sin duda con conciencia, pero con una falsa conciencia. Las verdaderas fuerzas motrices que lo ponen en movimiento siguen siendo desconocidas, de lo contrario no sería un proceso ideológico. De esta manera, se imaginan fuerzas motrices falsas o aparentes". La primera forma de falsa conciencia que singulariza a esta Disneylandia de la comunicación como aparato ideológico, es justamente la negación de todo carácter ideológico, la negación política de cualquier característica política; ocultando que la comunicación es un órgano político-ideológico de la explotación mediática llamada a defender los intereses de la clase dominante (oligarquía de poderosos grupos económicos nacionales con empresas transnacionales).

El propósito principal de los medios de comunicación por definición es, informar, educar, transmitir, entretener, formar opinión, etc. Pero todo lo contrario a estas practicas, son ejercidas por los medios de comunicación en Venezuela; estos están especializados en incomunicar, desinformar, desentretener y enfermar. A todas luces estos medios de desinformación responden a un libreto negociado de antemano, con el objetivo calculado de generar un determinado tipo de conciencia disociada, a través de la difamación en contra del proceso revolucionario - y de personas comprometidas con esta revolución - saturando de falsedades, calumnias, manipulaciones y comentarios infames, donde rebosa el odio y se hace inocultable el ensañamiento contra Hugo Rafael Chávez Frías, a quien quieren desprestigiar con el objetivo de desestabilizar al país. En muchos casos tienden a formar estereotipos, seguidos por personas disociadas, gracias al alcance que adquiere el mensaje en su difusión (92% del espacio radioeléctrico, conjuntamente con el 95% de la prensa escrita); defienden a capa y espada a la derecha recalcitrante: tergiversando, manipulando y denigrando de la realidad que se vive actualmente, en la Republica Bolivariana de Venezuela. Así mismo también existen prácticas que son realizadas al pié de la letra por los medios de comunicación venezolanos, que constantemente manipulan la información y el uso de la misma, para intereses propios de grupos específicos. Una de las características de estos medios de comunicación fascistas, es la subordinación a poderosos grupos económicos y empresas transnacionales o monopolios comunicacionales, del imperio norteamericano (léase, Globovisión, Venevisión, Unión Radio, etc., y la colombiana RCN, o la estadounidense CNN, entre muchas otras). De esta forma, de acuerdo a intereses económicos, políticos y sociales, los multimedios son utilizados para la consecución de objetivos que trascienden la comunicación objetiva.

Hay que recordar; que los medios de comunicación golpista formaron parte del Pacto de Punto Fijo.. Entre el poder político y el mediático se tejió una relación de intereses de todo tipo. Como en toda unión hubo desavenencias, escándalos y desencuentros, pero el sistema siempre estuvo presto a buscar o imponer la reconciliación "en aras de los altos intereses de la Patria". Lo de "la Patria" podría ser o es retórica; lo de los intereses - altos o bajos - era descarnadamente cierto. La relación de los medios golpistas venezolanos y la oligarquía política se fue estrechando hasta convertirse en una simbiosis perversa. La mutua dependencia alcanzó límites que terminarían por desnaturalizar la función y responsabilidad social de cada sector. Los medios se subordinaron a la publicidad y recursos del Estado; y los dirigentes partidistas supeditaron su sobrevivencia política al poder mediático. De un pacto de intereses se pasó a la complicidad y de allí, a una suerte de sociedad política-mercantil que se mantuvo sobre el mutuo chantaje, dando origen al oligopolio mediatico a espalda de la soberania nacional.

Como forma de contrarrestar a los medios palangristas, durante el golpe y los sucesos de abril del 2002, en Venezuela, tomaron un papel relevante las redes de información nacidas de la gente y autodenominados, medios alternativos comunitarios ( Radio Perola, Catia TV, Radio Fè y Alegria y otros). Entre los más conocido se encuentra “La radio alternativa comunitaria”, que por su alcance electromagnético le es dado llegar a los lugares más recónditos, obteniendo una comunicación colectiva y dar una respuesta monumental y contundente a los medios facistoides. Este medio de comunicación es efectivo para el pueblo, ya que los medios fascistas lo que hacen es desinformar y manipular la información de forma sesgada y sucia. Las emisoras de radio comunitaria, no necesitan de imágenes para poder transmitir la verdadera información, que es la que necesita el pueblo: el pueblo se hace periodista. La “Radio Bemba”, estación que tiene el don de estar presente en todas partes en el mismo momento y que, existe desde la noche inmemorial en que el hombre pronunció la primera palabra para su propio asombro, tiene ahora a su servicio la tecnología con la que se le quiso silenciar. Las emisoras comunitarias son el taladro que perfora el muro mediático que las grandes corporaciones de la comunicación, levantan sobre y frente al pueblo, pero… para que los medios alternativos, libres, comunitarios y populares cumplan su importantísimo papel por todo el país, se hace necesario y es imperioso, el apoyo económico de las instituciones del estado. Basta de pautas a los medios golpistas, cuando los medios alternativos carecen de recursos.

Es por todo esto, que en la Republica Bolivariana de Venezuela, necesitamos más pronto que tarde o mejor dicho con urgencia, que los guerreros y combatientes medios alternativos comunitarios, reciban todo el apoyo financiero para que sea la comunicación comunitaria, el bastión de la Artillería del Pensamiento que requiere la Venezuela bolivariana de hoy. Esta debe ser la tarea de primer orden, en un momento estelar, para que la fuerza comunicacional alternativa y popular deje sentir su peso en cada barrio, en cada región, para tener patria con sabor a pueblo.



“La Artillería del Pensamiento es colectiva”

Hugo Chávez Frías

yocatari@yahoo.es

juanc.02_@hotmail.com