Decir
que es el programa de más audiencia en Venezuela y visto en muchas
partes del mundo es lo superficial del análisis. El Aló Presidente
es un acto de gobierno como habíamos dicho en párrafos anteriores
y es normal que las y los servidores públicos de la Gestión Pública
nacional, regional, municipal y comunal, tomen notas de las decisiones
allí asumidas, los enfoques, análisis, de manera de contar con coherencia
gubernamental, entendiendo que Somos un solo Gobierno y por supuesto
resta es cómo instrumentar y ejecutar lo que el Comandante orienta
y enfoca, se trata –repetimos- de un acto de gobierno con presencia
de las y los actores involucrados en una dimensión de tomas de decisiones
contando con el pueblo y sus necesidades, reivindicaciones por delante,
resalta la participación del pueblo en las tomas de decisiones y da
la palabra para que se expresen los sentimientos, anhelos y necesidades.
La sabia conducción del Comandante da la dimensión de su profundidad
de pensamiento y el alcance de su acción y compromiso. Pero no todo
termina allí, hay que generar toda una práctica y acción revolucionaria
para ello es de imponderable valor que los medios de comunicación del
Estado y de las comunidades y a todos los niveles y sus instancias deben
tomar cada aspecto expresado en esas horas y hacerle un tratamiento
periodístico y literario tal que la población vea en su espacio de
vida lo que el Comandante ha expresado para hacer un ejercicio cada
vez más profundo de verdadera democracia para que el pueblo vaya asumiendo
Poder, Poder Popular.
17.- LA ETICA DE LA VIDA Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
Hay palabras e imágenes que se constituyen en necesarias, otras son de índole vital, estos son espacios donde también se debate la vida o la muerte de la humanidad. En ese desenlace histórico es cuando nos debatimos entre el pasado anacrónico y el futuro esperanzador.
Venezuela toma la palabra en este cambio de época y quienes en este suelo vivimos asumiremos partido, la posición que se asuma en esta tensión de fuerzas opuestas va a dibujar el perfil de cada quien y por supuesto, la ética de vida que se enarbola.
Quienes asumen la comunicación, quienes asumen la palabra y la imagen como herramientas de trabajo tienen que definirse para dar muerte espiritual con la palabra y la imagen o para dar vida, plenitud de la vida con la imagen y la palabra.
Quienes asumimos el proceso bolivariano debemos dar luminosa vida a través, del ejemplo, el estudio y el trabajo, para así contar más temprano que tarde con “una sociedad justa y amante de la paz” que es lo que soñó Simón Bolívar para su patria.
Definida
la ética bolivariana, revolucionaria; el profesional o quien esté
dentro del ámbito comunicacional dirá con su práctica, la certera
respuesta de si está o no de sobra en el proyecto bolivariano y si
está adentro, todo plan, programa, proyecto o políticas públicas
debe cobrar vida y traducirse en acción transformadora, observar, valorar
y ejecutar acción revolucionaria en todo el quehacer humano.
18.- EL APÓSTOL JOSÉ MARTÍ, SIMÓN BOLÍVAR , EL COMANDANTE
CHÁVEZ Y LA NECESIDAD DE LA PLANIFICACIÓN REVOLUCIONARIA
Se pelea
cuando se dice la verdad. Se pelea cuando se fuerza al enemigo, por
el miedo del poder que ve venirse encima, a los extremos y desembolsos
que han de precipitar la acción que deseamos. Se pelea cuando se organizan
las fuerzas para la victoria. Se pelea cuando se demora el pelear hasta
que los ejércitos estén en condición de aspirar a vencer. Se pelea
cuando se atrae los ánimos hostiles por la demostración de la unidad
donde sospechan el desorden, de la cordura donde sospechan la impaciencia,
de la cordialidad donde sospechan la enemistad, de la virtud donde se
propalaba que no había más que vicio y crimen. Se pelea, sobre todo,
cuando los que han estado limpiando las armas y aprendiendo el paso
en los ejercicios parciales e invisibles, en organización aisladas
y calladas, se ponen, a la vez, en pie, con un solo
ánimo y un solo fin, cada uno con su estandarte y con su emblema, y
todos, a la luz en marcha que se sienta y que se vea, detrás de la
bandera de la patria.
Se pierde una batalla con cada día que pasa en la inacción. Se pierde
una batalla cuando no se guía inmediatamente al ataque la fe que cuesta
tanto levantar. Se pierde una batalla cuando los ejércitos, a la hora
de concentrarse, se entretienen en el camino, y llegan tarde, y con
las fuerzas desmayadas, al punto de concentración. Se pierde una batalla
cuando en el momento que exige mano rápida y grandiosa en los jefes,
y mucho brazo y mucho corazón para la arremetida, tarda en vérsele
a los jefes la mano rápida, y se da tiempo a que se desordenen los
corazones. Se pierde una batalla cuando, a la hora del genio, y de la
centella, se monta a caballo en el taburete de cuero y se abre la ocasión
al enemigo.
El arte de pelear. José Martí.
Patria, 19 de marzo de 1892.
La Guerra de Cuarta Generación está en el tapete y las baterías se enfilan contra el proceso bolivariano para coartarlo, humillarlo, en definitiva, destruir el proceso y a quienes lo alentamos. No se puede tener capacidad de defensa y de profundización de la Revolución sino acertamos y acumulamos todas las fuerzas capaces del dar al traste con los propósitos del imperio y de sus aliados, a nivel interno como a nivel de la región latinoamericana, además hay que planificar, organizar, dirigir, controlar y evaluar nuestras capacidades espirituales y materiales, he allí donde son pertinentes las palabras de José Martí, lo cual, lo aseverado por el inspirador de la Resistencia Mambisa y precursor de la Revolución Cubana ahorran palabras.
El parte de Guerra de Simón Bolívar al Congreso de Colombia una vez culminada la Batalla de Carabobo que selló la Independencia de nuestros pueblos da cuenta de la visión planificadora de nuestros Libertadores, que hoy no hacer la respectiva Planificación, no comprenderla, nos deja por debajo del alcance de la visión de esos hombres y mujeres, donde cada pertrecho de guerra es valorado porque cualquier descuido o desinterés o excusa para no hacerlo coloca en riesgo el futuro de la patria; la exhaustiva conducta de liderazgo y de jefatura de aquellos valerosos hombres y mujeres quienes se ganaban sus grados militares en el propio campo de batalla, además de su arrojo y coraje, la Planificación no ocupaba el último lugar, así lo reconoce Brigadier español, Pablo Morillo, el militar de más alta graduación en Hispanoamérica quien ante un reproche del Rey por la derrota humillante en el Nuevo Mundo, le responde, reconociendo el valor de esos hombres, que con una legión de llaneros de Venezuela le pone a toda Europa a sus pies.
Ezequiel Zamora le dio lustre a la Planificación en los tiempos de la Federación, llevó a sus adversarios a su terreno derrotando en Santa Inés al ejército conservador.
*Periodista