Si bien es
cierto que científica y clínicamente se ha logrado la erradicación
de muchas enfermedades con algunas excepciones conocidas, produciendo
avances importantes en el mundo de la medicina curativa, no es menos
cierto que enfermedades si no nuevas en el mundo, en nuestro país se
han convertido a nivel de pandemia con alto impacto en lo social, en
la salud mental y física de gente de todos los estratos sociales; el
origen de la misma se ubica en la generación del odio exacerbado a
través de imágenes y mensajes intencionados que afectan ineludiblemente
el comportamiento político y social de los receptores de los mismos.
Pero como todo,
no solo es la inducción a la cual nos referimos, existen otras razones
que como base del pensamiento anclan esos mensajes en la mentalidad
rentada como modus vivendi individual y solo eso individual; porque
reiteramos esto último, debido a que la fijación de un nivel de vida
superior en cuanto al alcance psico social y el papel en la sociedad
produce efectos discriminatorios importantes aún en su propio atropello
de vida.
Lo que les
vendieron lo compraron aún sin garantía de retorno, lo hicieron suyo
simultáneamente a la comparecencia a un estado de vida en el marco
del comportamiento burgués por excelencia. Eso no solo sería una bofetada
a la inteligencia sino que además, ofrece un panorama nada halagador
sobre la posibilidad del retorno debido a la sindéresis que pueda surgir
para salir de esa enfermedad político social que ubica a estos seres
en el campo del enemigo histórico aunque en verdad no lo acepten ni
reconozcan.
De ninguna
manera hay que confundir esta situación con la calificación de oligarcas,
cuya connotación no le es aplicable por su propia naturaleza, sencillamente
porque en el componente de votos de la oposición que en cifras redondas
anda por el 40%, estaríamos equivocados si cursáramos esta información
en forma general acerca del porcentaje de esa población votante, cuyos
orígenes y situación social obedece a la plataforma social de las
clases D y E, lo que nos debe servir de alerta política. No se trata
del trabajo político partidista realizado por factores de la oposición,
como decíamos en el primer párrafo la acción mediática de siempre
bajo el engaño de la publicidad inocente ha suministrado dosis lentas
y venenosas de las bondades del sistema haciéndoles creer que en realidad
es el mejor sistema de vida al incentivar el progreso del individuo
en la maraña del ser social y la sociedad en su conjunto, el fin de
la historia hecha eventualidad particular en cada película, en cada
propaganda, en cada moda, en cada nuevo producto salido al mercado,
en cada vez que se leen los titulares de la prensa y del noticiero estelar,
en fin de cuentas, son muchos los factores de la enfermedad que convierten
a seres humanos en piezas del interminable ajedrez del sistema capitalista
mundano.-
Ese es nuestro real y potencial enemigo no hay que perderlo de vista y contra él debemos dirigir el aprendizaje supremo de convertir una ideología aterradora por una liberadora, a nuestra gente que cree en el presidente, en el proceso revolucionario, no debemos ignorarla cuando se expresa, por el contrario, salir al paso de manera racional, organizada en mente y acción nos convertirá en hacedores del futuro que comienza de nuevo todos los días. En la humildad está la clave de las grandes batallas, hagamozlo a nuestra mejor manera, con la razón en la mano y el corazón en la esperanza.
rafaelfebles@yahoo.com