Lo fundamental en la nueva Ley de Educación es el discurso público, donde los alumnos deben aprender los componentes homileticos para entrar en un verdadero dialogo con sus compañeros de aula y su contexto geográfico- parroquial donde hace convivencia diariamente. Es como relacionarse con el ambiente escolar local y tomar en cuenta el liderazgo sociopolítico que se compagina alrededor de su núcleo estudiantil. Una vez, terminada estas dos etapas incursionaría en la universidad donde escuchara a sus maestros con una verdadera disciplina ideológica, porque, la escuela siempre ha sido una academia y muchos dirigentes opositores y oficialistas se formaron en esos centros de enseñanza, aunque ahora lo nieguen.
La educación y el transporte urbano, constituyen los puntos más sensibles de todo gobierno y, es necesario que en este siglo XXI, su nueva visión este impregnada en el conocimiento, el saber, como su apertura a las nuevas tecnologías. Claro, el proceso enseñanza- aprendizaje siempre ha sido doctrinal. En el pasado, los partidos políticos abrían sus puertas al estudiantado para los cursos de revisión y, se les entregaba folletos con ideología de los discursos pronunciados por los antiguos diputados del Congreso Nacional.
La educación es una realidad social, que, refleja dos visiones fragmentadas originadas por su propio fenómeno descriptivo de una realidad social. Su aspecto complejo y reduccionista nos lleva a comprender nuestra entrada al siglo XXI y los espacios que venimos transitando con las caracterizaciones filosóficas y metodológicas de este nuevo tiempo nos alienta hacia el hecho educativo en sí.
Los venezolanos deseamos un espacio para la creación de conocimientos y que todos podemos transitar cualquier vía del pensamiento a través del debate de ideas para construir un espíritu estético y combativo, donde podamos desempeñarnos en las posiciones de status que ésta sociedad requiere para su desenvolvimiento industrial y social.. Solo hay una razón para el cambio educativo, transformar nuestros intereses hacia un encuentro ético del conocimiento.