En aquellos días cuando el gobierno nacional se negó a renovar la concesión de RCTV, para el uso del espacio radioeléctrico, hubo ciudadanos que marcharon, lloraron y hasta expresaron sentirse parte de la familia Granier. Pero como era de esperarse, luego que RCTV comenzó a salir por cable, ni Marcel, ni Peter Buton, ni los Phells volvieron a acordarse de aquella “parte de la familia” que luchó a brazo partido por defender sus intereses.
Por esa, entre otras miles de razones, es que no nos cansaremos de afirmar que la palabra escuálido va camino a convertirse en una especie de sinónimo de pendejo y esto es mucho más evidente con el caso de Globovisión.
Recientemente hemos visto a través de la pantalla del canal a unos ciudadanos, tan pendejos como aquellos, afirmar que si le quitan Globovisión le quitan la vida y que Globovisión lo es todo.
El caso es que mientras estos pobres marchan, hacen vigilias y hasta recogen dinero para pagar las multas del canal; Zuloaga, Ravel y Mazharane se llenan los bolsillos con la explotación del filón encontrado en el fanatismo escuálido.
El negocio es redondo. Les venden mentiras, odio y frustración, al mismo tiempo que pasan ante ellos por héroes defensores de la justicia y la verdad.
No pretendemos afirmar que estamos descubriendo el agua tibia cuando decimos, por ejemplo, que a los dueños del referido canal les importa un bledo la ley de educación o el estado de los hospitales, pero si quisiéramos aportar a la discusión exponiendo nuestro punto de vista sobre la verdadera motivación de los mismos.
Como ya dijimos, los adictos a Globovisión ven a sus dueños, periodistas y analistas como paladines de la justicia; mas la realidad es que ellos disfrutan de la explotación económica de un nicho de mercado representado por el escualidismo radical.
El interés real de Ravel, Zuloaga y compañía es la cantidad de publicidad que pueden contratar y proyectar mientras satisfacen el deseo de un público enfermo, ávido de noticias trágicas y predicciones catastróficas.
Son los dueños de Globovisión, en resumen, unos de los grandes beneficiados, desde el punto de vista económico, con la revolución venezolana y el gobierno de Hugo Chávez; pues con un canal como el que mostraron los días 12 y 13 de abril de 2002, no “van pal baile”.
Septiembre 2009
areme@cantv.net