Para usar una expresión muy margariteña, puede decirse que desde hace algunos días, Morel Rodríguez ha debido agotar toda la producción de cohete en Margarita. La piedra en el zapato encontró un “huequito” y ahora el Gobernador del estado está totalmente libre sin “contra peso” para continuar haciendo de las suyas. Estará pues, bailando en una pata.
Salió el programa Polémica del aire, pero a decir verdad, Morel Rodríguez no es el único que gana con esta decisión ni su conductor Pedro Echeverría y su equipo de producción, son los únicos que pierden con la desaparición de polémicas de las ondas hertzianas. Las ganancias están plenamente contabilizadas y son todas o casi todas de naturaleza política, que por supuesto se cargan en la columna “Haber” en los libros de la oposición, porque al final de cuentas; la suspensión de Polémicas ofrece desde el punto de vista comunicacional mayor rendimiento a los programas de manipulación y mentiras que tienen la oposición.
Desde el punto de vista comunicacional, el proyecto bolivariano tiene una falla inmensa que no ha sido posible superar y una decisión como ésta, simplemente coloca las pérdidas en un nivel de alarma y en la columna “DEBE” del proceso revolucionario, porque al ganar la línea mediática de la oposición, el proceso tiene menos posibilidades de afrontar y enfrentar las mentiras y manipulaciones. El pueblo evidentemente no tiene cabida en la “gran prensa” ni en los medios audiovisuales. El “gañote” del pueblo no alcanza o no llega por esos espacios y en eso, realmente pudiera estarse confirmando un duro golpe a la libertad de expresión.
El gran perdedor aquí no es Pedro Echeverría. Plantearlo de esa manera es colocar el asunto bajo unos argumentos un poco equivocado. Pierde el común de la gente que no tiene vías de plasmar sus angustia y manera de pensar. El pueblo pierde a Pedro Echeverría que era un instrumento comunicacional de esas comunidades que carecen de voz. El argumento utilizado por los dueños o administradores de la emisora que ya fue totalmente desmontado, deja ver el lado flaco y poco ético de unos “revolucionarios” que no son capaces de entender cómo lo comunicacional y cómo el desmontaje de las manipulaciones son un aspecto relevante de la lucha que tiene el Proceso.
El Proceso Bolivariano no avanza más de lo necesitado, no por la falta de metas sociales cumplidas, sino por toda la campaña mediática dirigida a desconocer estos logros. La campaña comunicacional de los medios privados y de la oposición, es efectiva porque detiene o impide el crecimiento social de la revolución. Eso explica la necesidad de polémicas y eso explica también lo absurdo de una medida que además de “arroparse” con la mentira, abre la posibilidad para incrementar los dividendos de las campañas de desinformación de los escuálidos.
El productor de Polémicas ha rebatido con argumentos y facturas las “razones” que ofrecieron los dueños o administradores de la emisora para justificar su decisión, pero queda en verdad pendiente, conocer las verdaderas razones de ese acontecimiento, porque el costo es muy barato si para ello consideramos el carácter participativo y protagónico del programa.
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