Está en la gloria, el carajito. Apenas 20 días encanado y lloró a moco tendido. Cuando lo llevaban a Yare III decía: “No soy ningún Pajulio, soy estudiante y mi nombre de pila y presentación es Julio César Rivas Castillo”. Antier Pajulio salió por orden de la jueza 37ª de Control, Leydis Azuaje. Todo ese ridiculísimo show montado por Globovisión, con lo de la huelga de hambre, ya hoy estaría totalmente muerto si no es que la referida juez le hace el juego al referido sarao. Cómo cantan victoria los hijos de puta, luego de derrota tras derrota, de coñazo tras coñazo. Como tiene a su favor todos los medios poderosos del mundo, sobre todo a la bazofia de CNN, ahora la feria de Manitas blancas las montan en la ULA, LUZ, Carabobo, y la quieren extender por todos los burdeles de riquitos en Caracas.
Pajulio, apenas lo soltaban, recibió mensajes de Ravell y Granier: “muchacho tú tienes un gran futuro por delante. Eres el líder que todos esperamos. Te hemos arreglados entrevistas en Nueva, Washington y Madrid: tú has superado con creces a Nixon Moreno, a Yon Goicochea y a Ricardo Sánchez.” Lo metieron en una limosina dorada, recibió en un sobre una pequeña ayuda para sus necesidades y también una constancia de pago para una semana en Punta Cana, con su señora madre y una hermana. Inmediatamente se dirigió a la sede de la OEA en Caracas, donde fue recibido como un héroe. Iba pues, muy contento y por eso gritó: "Sigo comprometido con Venezuela y con mis compañeros. Me siento orgulloso de ser venezolano. El movimiento estudiantil es la salida a los gobiernos totalitarios.”
Este muchacho es un ejemplo para la juventud estudiosa de Venezuela. Este es el ejemplo que muchos de nuestros jóvenes tratan de seguir en la Universidad de Los Andes, la Católica, la del Zulia, la UCV y Simón Bolívar. Los paseos ya realizados por Nixon Moreno, Rikesa y Goicochea, fueron jugosos y muy sustantivos. Goicochea, con apenas 23 años de edad, fue el más afortunado de todos y se puede decir que pegó el gordo más grande en toda América Latina, con el Premio Milton Friedman por la Libertad 2008, dotado con 500 mil dólares. En estos momentos Yon está adiposo, lerdo y echado, consiguió todo lo que quería en su vida. Chávez lo ha hecho inmensamente afortunados. Nixón Moreno de una familia muy pobre y que consideraba prácticamente imposible que algún día pudiera graduarse, ya le regalaron chalecito en las afueras de Lima, con un carrito. También está echando barriga. Qué grandes ejemplos para la juventud luchadora de Venezuela, de la escuela del Matacuras, de Ravell, de Patricia Poleo y su padre Rafael, de Roberto Alonso, de Carlos Ortega y Manuel Rosales. Qué patricios, qué glorias nacionales.
Pajulio pues fue a ver sus compañeros de lucha y a aconsejarle que echen los bofes. Palpándose el cheque que le pasó Granier les dijo: “Hay que seguir luchando por los demás, lo peor que le puede pasar a un preso político es el olvido. Me alegré con mi libertad por cinco minutos. Enseguida recordé que en la torre del frente había otro preso político inocente tras las rejas: Richard Blanco, y como él, muchos más. Fui apresado tan sólo por ser la voz de aquellos que no tienen agua, que no tienen luz... por eso yo no salgo en libertad para irme a mi casa a ver TV; me sumo a la huelga para exigir a la OEA y a la CIDH que vengan a Venezuela y vean la situación de todos los presos políticos. Convoco a las madres y a todo el pueblo. Lo más importante es vencer el miedo".
Hay 54 muchachos en “huelga de hambre” que también quieren todos los beneficios que le dieron a Pajulio. Hacen huelga, comen, duermen y joden felices. Piensa estar en huelga quizá dos meses. Ahora exigen la liberación de los presos políticos, entre los que están 11 trabajadores de la Alcaldía Metropolitana, el prefecto de Caracas, Richard Blanco, y José Dacre "Maraco", cuyo hijo, Juan José Dacre, de 22 años de edad, decidió también pedir que lo pusieran en la lista de los beneficiables. La USAID está moviendo mucha plata, y los pícaros lo saben. Esa es la historia que se está escribiendo en Venezuela con mocos, alaridos y lágrimas. ¿Qué tal?
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