Siguiendo las lecturas de uno de mis autores favoritos Noam Chomsky sigo la corriente para el análisis de la semiótica de miedo, o más específico, de la propaganda de miedo del cual seguramente no encontraremos mucha teoría en los libros, pero sí en la práctica audiovisual actual soportado de distintas formas mediáticas.
Lo cierto, o muy malo es la tenebrosa intensidad con que se propagan mensajes para incentivar el miedo, enterrando en cada uno de los pensamientos más susceptibles que tenga el ser humano ideas macabras de magnicidio, aversión, terror, hasta perder el control ya cotidianamente.
Pues, lo vemos en televisión en cada momento, latente como un dolor de cabeza la idea de la necesidad de que el Gobierno de Estados Unidos penetre y se infiltre en nuestro territorio, que se maten al presidente, que vivimos en un caos, que no tendremos libertad de prensa… problemas peligrosos.
La Comisión Creel realizó efectivamente la propaganda durante y después de la Primera Guerra Mundial, de una sociedad pacifista se pasó a una belicista. En ella se infundó el “Miedo rojo” cambiando en muy poco tiempo actitudes y pensamientos para transformarlo en el peor de los sentimientos que el ser humano pueda tener, el miedo.
Técnicas de propaganda logran la manipulación al suprimir una palabra, frase, imagen o sonido o varias de las mencionadas hacen que el mensaje pierda parcial o totalmente su sentido.
Otra técnica muy utilizada es la descontextualización que también está relacionada con la anterior, en la cual el emisor no comenta, ni informa o menciona el contexto en el cual se dan los hechos, de esta forma el receptor no tendrá ni la más mínima idea de lo que ha sucedido anteriormente y no podrá tener información completa, no pueda por ende, pensar y analizar al respecto con precisión.
Hay muchas otras técnicas que se utilizan para manipular y persuadir como principales objetivos de la propaganda, sin considerar el aspecto psico-sociológico que ello implica porque manipular y persuadir a un ser humano involucra el tratamiento psico-social de la mente humana para cambiarla. Podemos pasar entonces de un cambio anímico a actitudinal y a uno psicológico.
Para infundar el “Miedo rojo” se utilizaron estas y otras técnicas de propaganda, para ello contaron con el apoyo incondicional de empresarios, medios de comunicación y “especialistas” e “intelectuales” que se unieron al grupo macabro perfecto.
Hoy, a través de las pantallas de la tv estamos en presencia, obra y gracia de mentes retrógradas, malignas y circunspectas.
A través de globovisión se están difundiendo mensajes fabricados que no escatiman en arsenal propagandístico de “Miedo blanco”, éstas utilizan las técnicas de propagandas antes mencionadas.
La intención que apunta el espectro internacional mantiene al canal bastante ocupado, también atacan con efectos sombríos de manera consecutiva junto a empresas privadas como cedice y asoesfuerzo.
El alerta va hacia la intención de controlar el pensamiento humano. A través de la propaganda de miedo se siembra el “Miedo blanco” y su efecto puede ser enorme.
El “Miedo blanco” es el resultado del consumo masivo de mensajes nocivos a la mente humana el cual distorsionan la realidad, ello provoca un comportamiento errado, manipulado, sugestionado y persuadido sin posibilidad alguna de razonar.
La magnificación y eficiencia de tales estrategias utilizadas en la propaganda de miedo, la atracción lograda gracias a las nuevas tecnologías de información y comunicación que provocan lo ultrarrápido (no da tiempo a razonar), la falta de información suministrada y la creatividad tenebrosa aplicada, hacen que cada vez más la propaganda de miedo haga percibir el “Miedo blanco”, peor que el “Miedo rojo”.
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