La Mascota Verde

La gran necesidad de impulsar el nacimiento de un nuevo hombre debe tocar la raíz de sus dos columnas primordiales que son su acervo histórico y su acervo ambiental. No podemos hablar de amor a nada y menos denominarnos, si no conocemos lo que pretendemos amar, es obvio. Pero la obviedad no la vemos con respecto a la nación, con respecto al proceso en que transitamos, es más, no nos gusta que nos critiquen. Recordemos: EL HACER no está asumido. El voto, digo bien EL VOTO es el día de la promoción. Me tomo la tarea de observar en adelante esta vertiente del voto a pesar de lo que titule y centre el conjunto del artículo. Decía, seremos promovidos de Revolucionarios, o si, esto es un reformismo, sube y baja peldaño hasta no subir más.

La enorme carencia de amor a la tierra que cohabitamos no la reflejamos proporcionalmente a las exuberantes bondades que recibimos de ella, La enorme ignorancia que disponemos de nuestra historia la mostramos pues el estímulo político marcha a expensas de lo inmediato en descuido del sostén de fibra. Aún vivimos a la zaga de lo que se realice en este ámbito –el político-, de lo que se puede deducir que la intención de hacer patria jamás alzará vuelo mientras no aterricemos a la realidad del suelo que nos da el sustento inmediato, mientras no lo acompañemos de la GRATITUD, un sentimiento que luce desubicado en nuestro país, porque su cultivo no ha sido sembrado jamás, ancestral el descuido. Es una ardua proeza, dado el propósito que debe arrancar de quien está a cargo de los cambios, pero como se ofrece a la vista, puedo decir responsablemente que la pedagogía hacia el entorno ambiental es lo más retrasado que tenemos en nuestros genes de venezolanidad, están atrofiados. No la conocemos.

En Japón, existe una costumbre maravillosa, que traen sembrada de manera secular sus hijos y es trasmitida generacionalmente. Sembrar un árbol cada vez que la familia o cualquier modalidad del entorno humano (nacimiento de un hijo, encuentro, sello de amistad, etc.) lo ameriten. Es un rasgo muy significativo, ver desarrollar árboles mientras crecen los hijos que tienen su misma edad –y no precisamente en el jardín de la casa-, como recuerdo del año escolar, de un enamoramiento. Visitar ese amigo, transforma al momento en algo más especial; es un punto de encuentro, él nos cuenta las suyas que también se les ha seguido el paso cuando lo visitan o se reúnen. No es el árbol-número que sembró el gobierno entre tal y cual hora. Una efímera campaña, porque en fin allí están los genes que esperan por mejor abono.

He visto el programa de arborización que se pretende implantar a modo de Misión. Creo que le falta esta humilde percepción. Con la certeza de los pelos que tengo en la mano, acabo de ver muchos arbolitos sin trasplantar en el Ávila secándose, por haber oscurecido el snob de las siembras. El tiempo por el que estamos de proceso, es un tiempo de más aprendizaje que de enseñanza, cuestión que va más al pie de la letra en cuanto a la ecología. Estamos hablando de que TODOS somos indigentes, TODOS somos analfabetas, desempleados, de la cuarta, tercera, segunda y primera república. Humboldt se quejaba que en la Caracas que visitó, a la gente no le gustaba subir al Ávila y tenían los miles de cuentos de camino del Ávila, sin conocerlo. La tenacidad en la ecología si no es AMOR a la naturaleza, es esnobismo. No es una misión cualquiera donde solo una porción de la población se vuelca a esta u otra acción. Si no entran TODOS, si no hay alegre constancia, a la par que crece el vivero y la espontaneidad, después de un programa integral irradiado como gotero hidropónico, olvidémonos de esta misión. He aquí esta propuesta:

Comenzar desde la raíz del problema que es el individualismo: utilizar su parte importante para trasladarlo al bien común. Comenzar con los más pequeños, como paralelamente a través de toda la primaria. Crear pensa de prácticas de siembra, variedad y forjas vegetales (injertos, acodos, etc.) Seguimiento. Crear un sistema de Mascotas Verdes (la parte individual, personal) o macetas que cada niño tenga en su hogar, la variedad que sea, -alimenticia, ornamental, arbolácea-, que le haga seguimiento, que le ponga nombre, que haga creaciones en su nombre: Que aprenda tenerlo en su corazón. Carteleras, intercambios, clínicas, campañas, cayapas (se va haciendo más comunitaria su pertenencia). Imprescindible: cada escuela debe tener su vivero. Involucrar a los padres para que lo haga suyo. En un momento dado, algunas mascotas habrá que aprovechar su cosecha, viveros-bancos; trasplantar los arbolitos, aprovechar ese momento para su cambio de ambiente, donde será parte del COMÚN de la naturaleza, también su naturaleza, que sienta que su parte individual cedió al destino común, el Ávila por ejemplo, si es aquí en Caracas.

Aprender que su mascota, con sus amigos vegetales del sector, ayudarán a que el reino vegetal UNIDO son parte de su mirada verde llena de paz al entorno cosmopolita que nos brinda el aire, el primer alimento, regula el clima, el agua, vence el mal aire de las gripes, de muchos males, del aire sucio del mal genio cuando no llueve y un árbol, debe llegar a ser la enseñanza más noble que tiene Natura para demostrarnos que la belleza puede estar por doquier SIN MOVERNOS. Cada sector en la ciudad tiene un punto de cercanía con la Tierra. Tomar los solares abandonados, crear viveros comunitarios, de la cuadra. Aportar conocimientos de Paisajismo a la comunidad. La Salle por ejemplo, puede ser una bandera ecológica en la parte norte de la ciudad. Encargarse de la parte del Ávila en su frente. Su gratitud a esta tierra que la ama. Irradiar su conocimiento a las unidades escolares, empresas, vecinos, etc., el Ávila sería la tarjeta de presentación del norte de la capital para toda Caracas y la nación inclusive; se combinarían las faenas con el gobierno, cubriéndose las flaquezas

…Y a esto añadiríamos las campañas para amar a los sectores verdes tomados, a los del paisajismo, alimentarlos, el agua, las cañadas, la basura, toda una escuela debe saber que tal triángulo de la redoma tal le pertenece, hay que observarlo, trabajando en conjunto (la tierra y nosotros) y en conjunto creceremos alma y patria; nos sorprenderá lo hermosa que es nuestra ciudad, las ganas que dan de estar en ella. Pintaremos la casa porque el trinitario está lleno de pájaros que antes no venían. Ni siquiera el trinitario estaba. El hermanazo trinitario.

Esta es una propuesta: Si queremos larga y venturosa vida, conozcamos más el entorno ambiental, LA ÚNICA tabla de salvación que tiene el planeta, el verdadero objeto de todos los imperialismos en su futuro. “Su” agua. Su verde. Su aire. Fundamental: convertir la misión Árbol en MISIÓN MILAGRO para la Patria para la que no existe límites de arsenal sukhoy en su defensa.

warairarepano02@yahoo.com / arnulfopoyer@gmail.com


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Arnulfo Poyer Márquez


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