Dijimos en nuestro primer artículo que antes de comenzar a hablar de socialismo del siglo XXI tenemos que abordar situaciones urgentes de la sociedad que –queramos o no- están incidiendo en un malestar colectivo dentro de los sectores excluidos, base social fundamental de este proceso revolucionario. Esto es grave porque la revolución bolivariana tiene enemigos de un poder infinito que sólo el gran apoyo popular con el que cuenta, ha permitido detener- por lo menos hasta ahora- los planes conspirativos del Departamento de Estado. Fracturar la base social de apoyo a esta revolución es tal vez el gran objetivo de los servicios secretos del imperio, hecho que se ve alimentado por nuestras propias fallas y errores.
¿Qué está pasando con Barrio Adentro I? Lo que está ocurriendo es que la administración de ministro Armada dio prioridad al desarrollo de los centros de diagnósticos integrales (CDI) y centros de alta tecnología (CAT), en detrimento de la atención primaria que da Barrio Adentro I. Al respecto, vale destacar el hecho de que la absoluta mayoría del personal médico de los CDI vienen de los módulos de atención primaria, personal que nunca fue remplazado, con lo cual la atención médica quedó sensiblemente desguarnecida. Para colmo, muchos médicos de Barrio adentro I se les ha dado la misión de dar clases a los estudiantes de medicina pero no en el módulo de atención primaria, sino en los CDI, con lo cual se le restan aún más horas a la atención primaria de la población. Y como si todo esto fuera poco, las fallas en el suministro de medicinas va en aumento y remiten a los CDI para la consecución de las mismas.
Hoy- y duele mucho decirlo- en los sectores más pobres hay madres con un bebe enfermo que tienen que recorrer cualquier cantidad kilómetros para que le atiendan a su hijo. Por eso, la mayoría de las emergencias de los CDI y de los hospitales tradicionales están congestionadas porque la atención primaria no está funcionando, y eso es grave porque ese había sido uno de los avances emblemáticos de nuestra revolución.
Entendemos que los compatriotas cubanos no pueden seguir dando el mismo apoyo que dieron desde el 2003- en cuanto a suministro de médicos-, por cuanto en el escenario político latinoamericano aparecen ahora Bolivia, Nicaragua y Ecuador, países hermanos que comienzan a necesitar del apoyo solidario de la Revolución Cubana. Entonces tenemos nosotros que resolver el problema y hacerlo de manera creativa. No podemos graduar mil doscientos médicos en medicina integral en marzo de este año, y no tener las previsiones presupuestarias para contratarlos para la atención primaria en los barrios. Eso es saboteo, eso es negligencia, eso es traición al proceso revolucionario.¿Quién es el responsable de tal atrocidad?
Hay que sentarse con la parte cubana que nos está asesorando en materia de salud, y redefinir el lugar de docencia de los médicos cubanos, sobre todo de aquellos que están destacados a la atención primaria. Ello posiblemente llevará a que los módulos de Barrio Adentro I sean complementados con un salón de clase, para que ahí, en la candela misma de las necesidades de nuestro pueblo, comiencen a formarse nuestros médicos con una mentalidad alejada de los parámetros mercantilistas de la sociedad que queremos superar.
Hacer una revolución es una tarea titánica. Enemigos los tenemos por todos lados y de los más poderosos. Por eso es que no podemos fallar ni una sola vez, porque por la fisura que dejan nuestros errores se nos cuela la contrarrevolución.
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