El modelo democrático instaurado por la burguesía nativa en plena consonancia con el imperio norteamericano; se sustentó, a partir de la caída de la dictadura perezjimenista, en el bipartidismo adecopeyano. La “güanabana”, como se le conoció al modelo político surgido del pacto de “Punto Fijo”, y que gobernara nuestro país hasta la llegada de Hugo Chávez al poder, es la típica dictadura “democrático burguesa”, en que la burguesía delegaba su poder en los partidos AD y Copei, quienes desde Miraflores se encargaban que su dominio fuera aceptado por el pueblo venezolano. El bipartidismo, copiado a imagen y semejanza del sistema político norteamericano, basado en Republicanos y Demócratas, combinaba su dominación en instituciones que reproducían en su seno la forma institucional de gobernar adecopeyana, el Estado era una gran piñata que se nutría de los ingentes recursos provenientes de la renta petrolera; la cual, tanto adecos como copeyanos se encargaban de que nutriera suficientemente a la burguesía organizada, fundamentalmente, en Fedecámaras. Alrededor del Estado cuarto republicano se fueron conformando los distintos grupos económicos que conformaban la burguesía “venezolana”, nacida dependiente de los dictámenes que el imperio norteamericano les ordenaba. Se trata, en fin de cuentas, de una burguesía apátrida y parasitaria.
Es casi imposible, conseguir un burgués en nuestra Patria que no haya recibido dádivas o créditos del Estado venezolano, se trata, en fin de cuentas, de fortunas provenientes y acrecentadas, gracias a la renta petrolera, propiedad de todo el pueblo venezolano. Verlos, hoy en día, desafiando al Gobierno Revolucionario e intentando, nuevamente, derrocarlo; es síntoma inequívoco de su pérdida de influencia gubernamental, la que mantuvieron durante todo el siglo pasado. Pareciera, que no han asumido la derrota que el pueblo venezolano les diera en abril de 2002, cuando asestaron su sangriento golpe de Estado, asesinando brutalmente a patriotas y contrarrevolucionarios, de ambos bandos.
Desenmascarar esa burguesía, que pretende erigirse en paradigma del buen ejemplo, es una tarea que el Comandante Presidente, Hugo Chávez, viene encarando enérgicamente desnudando al propio Satanás, enemigo acérrimo de nuestro pueblo, como quedó evidenciado durante su reinado en el siglo XX. “Son enemigos de la Fuerza Armada, enemigos de la Patria, enemigos del pueblo. Por eso no podemos permitir que vuelvan, ahí sí es verdad no sé quién les pagaría. No sé. Porque Venezuela dependiendo del imperio yanqui no tendría escapatoria, le meterían de nuevo en el túnel sin salida del subdesarrollo, del atraso, de la miseria, de la pobreza…”(Hugo Chávez, Aló Presidente Nº 358, 23-05-2010).
“3 de junio 2010.-La Policía Metropolitana (PM) desmanteló en Caracas una banda que robaba suministros e insumos médico-quirúrgicos del Oncológico público Luis Razeti y lo contrabandeaba hacia clínicas privadas, luego de un operativo de inteligencia enmarcado en el Dispositivo Bicentenario de Seguridad (DIBISE). De acuerdo con el jefe de la PM, comisario Carlos Meza, fueron arrestadas cinco personas, quienes sustrajeron bombas de uso médico, sondas, pipetas, guantes quirúrgicos, bisturís, batas, agujas, inyectadoras y otros recursos adquiridos por el Estado para este centro asistencial público…”(VTV, 13-06-2010). De esta forma, muchas de las clínicas privadas que han mercantilizado la salud del pueblo venezolano, hicieron su aparición en la cuarta república, empresarios de la salud aliados con políticos y gobiernos de AD y Copei, mediante el brutal mecanismo de la desinversión estatal en el sector público de la salud, permitieron que fuese surgiendo una red privada de clínicas, que ha heredado el Gobierno Revolucionario y que contradice los principio de derecho y de justicia que consagra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En este caso concreto, se dio la utilización de un Estado burgués que propulsó el derrumbe de toda la red de salud que, a través de los años, fue construyéndose en beneficio del pueblo venezolano. De allí, que al llegar al gobierno, al Comandante Presidente, Hugo Chávez, casi empieza de cero, en la reconstrucción del sistema de salud.
Los medios de comunicación jugaron un papel clave en la estructuración y consolidación del sistema bipartidista surgido de “Punto Fijo”, si revisamos las inclinaciones políticas de los dueños de esos medios, no es nada difícil predecir dónde están sus intereses políticos-económicos. El Bloque De Armas, dueños de meridiano tv, periódicos y revistas de corte deportivo, siempre se arrimaron al partido AD, incluso algunos miembros de esa familia hasta diputados tuvieron. Copei no se quedaba atrás, recuérdese que el dueño del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, es diputado jubilado por esa organización partidista. Desde el parlamento, esos dueños de medios, se garantizaban que no surgieran leyes que afectaran sus intereses políticos-económicos. Globovisión, medio de la ultraderecha fascista, cuenta entre sus dueños a dos ilustres adecos: Alberto Fedérico Ravel, quien fuera incluso ministro en el gobierno de Lusinchi (AD) y Nelson Mezerhane, también adeco, gracias a lo cual, pudo obtener que se le otorgaran en concesión bienes que son propiedad de todos los venezolanos y venezolanas, como la explotación comercial del teleférico al Ávila, construido por el gobierno nacional; hoteles y hasta minas, consiguió el “turquito”, gracias a sus vínculos con el poder gubernamental. Se trata, en fin de cuentas, de fortunas obtenidas del erario público, de la renta petrolera, transferidas por sus vinculaciones políticas a ellos, en fin de cuentas, expropiadas al pueblo venezolano.
Otro burgués muy activo contra la Revolución Bolivariana, en el área de medios de comunicación, es Marcel Granier, quien pretende erigirse en alternativa de poder frente a Chávez, recordemos que la fortuna que nos restriega al pueblo venezolano, fue obtenida gracias a sus vinculaciones con el poder adecopeyano instaurado el siglo pasado, en la que el medio de comunicación era utilizado como instrumento de influencia sobre el gobierno de turno. La revista Zeta Nº 760 del 15 de junio de 1989, así lo devela: “La campaña de Radio Caracas Televisión y El Diario de Caracas, que parecía movida por el deseo de impedir un negocio doloso, resultó motivada por una pura razón comercial: los dueños de RCTV y El Diario son representantes de comerciales de General Dynamics, la empresa fabricante del F-16, avión que le disputa al Mirage el mercado venezolano… Pero lo que está en disputa es un contrato que va de los 13.000 a los 29.000 millones de bolívares, según las distintas versiones. Y los dueños de Radio Caracas Televisión parecen dispuestos a vender cara su derrota, ya que aparentemente no podrán quedarse con el contrato”. Si como lo ven, el “cara de yo no fui” de Granier, que anda viajando por el mundo acusando a Hugo Chávez de todos los males de la humanidad, fue un “perro de la guerra”, que necesitaba nutrirse de vínculos políticos dentro del Estado para colmar sus ansias de dinero. Mientras, el socio mayoritario de Rctv, William H. Phelps, aliado a la dictadura de Pérez Jiménez, pudo afianzar y propulsar su antigua televisora Broadcasting Caracas, en lo que, pasado el tiempo, se conocería como Rctv. Al igual que Phelps, Marcel Granier, encontraría en Carlos Andrés Pérez un estrecho aliado con el que afianzaría sus intereses políticos-económicos. A la sombra del Estado, Marcel se convertiría en un empresario de prestigio.
Así, como los medios de comunicación fueron un artífice clave en la consolidación del sistema bipartidista, surgido de “Punto Fijo”, la construcción de obras públicas también jugó un papel clave. En nuestra Patria, el gran constructor sigue siendo el Estado, motivo por el cual, la burguesía de la construcción, para surgir debía tener buenos vínculos políticos en el gobierno de turno. De allí proviene la fortuna de la familia Mendoza, incluso, incorporándose de lleno a gobiernos. Recuérdese que durante la dictadura de Pérez Jiménez, Eugenio Mendoza fue un actor fundamental en la ejecución de obras de infraestructuras. Más adelante, a la caída de la dictadura, Mendoza se incorpora a la Junta de Gobierno, presidida por Wolfang Larrazábal. Los Mendoza sirvieron con Gómez, López Contreras, Medina Angarita, R. Betancourt (I), M. Pérez Jiménez, R. Betancourt (II), Leoni, Caldera (I), C.A. Pérez, Herrera Campins, Lusinchi, C.A. Pérez (II) y Caldera (II).
Más recientemente, otro Mendoza, Lorenzo, en abril 2002, orquestado con otros sectores de la burguesía, dan un golpe de Estado que saluda con abnegado frenesí, en un correo interno del grupo Polar: “Es por todo ello que en Empresas Polar saludamos con beneplácito el advenimiento de un gobierno de transición que siente las bases para recuperar la institucionalidad perdida y que promueva el reencuentro y el entendimiento de todos los venezolanos”………“En el transcurso de las históricas jornadas de los últimos días, Empresas Polar ha actuado en línea con la estrategia definida por el movimiento empresarial organizado, del cual formamos parte…”, no teniendo como sus antepasados, la posibilidad de parasitarse a uno de los grupos políticos de poder: AD o Copei, Lorenzo comienza a acariciar la idea de lanzarse al ruedo político, directamente, sin los intermediarios de la cuarta república, hoy desacreditados ante un pueblo, que los desprecia. Piensa Lorenzo, que su cerveza crea la conciencia adversa a la Revolución Bolivariana o como dijera en uno de sus comunicados recientes: “Dedicarse a la venta y distribución de cerveza le ha permitido a miles de familia venezolanas obtener ingresos suficientes para tener calidad de vida…La cerveza producto de bajo contenido alcohólico (entre 3 y 6 grados), es la bebida más asociada con la sana diversión y la alegría…No hay duda de que la industria cervecera nacional juega un rol fundamental en la economía de nuestro país…”(Últimas Noticias, 16-06-2010), toda una oda a la cerveza, olvida Mendoza que los asesinatos que ocurren los fines de semana en nuestros sectores populares, en gran parte, están asociados al consumo de cerveza, así como accidentes vehiculares, los cuales representan pérdidas invalorables para la familia venezolana, casi se atreve a afirmar Mendoza que la cerveza es la primera industria nacional, olvídense de Pdvsa, calificándonos a los venezolanos y venezolanas como un pueblo de borrachos y borrachas.
Si algo ha caracterizado a la burguesía apátrida que hoy pretende erigirse como alternativa de poder frente a Hugo Chávez, a todo lo largo de nuestra historia contemporánea, es su apego a la influencia estatal, esa que hoy tanto intentan desprestigiar a través de sus medios de comunicación, la utilización de su influencia político-económica a través de sus partidos políticos, ayer: AD-Copei, hoy: AD, Copei, Primero Justicia, Podemos, Proyecto Venezuela, PPT, MAS, Un Nuevo Tiempo, Conferencia Episcopal de Venezuela, Fedecámaras, CTV, UCV, ULA, LUZ, El Nacional, EL Universal, La Voz, Globovisión, Rctv, Televen, Venevisión, demás medios de comunicación, en los tiempos actuales, no contando con influencia sobre el poder estatal, acuden al poder transnacional del imperio, nutriéndose de los dólares que éste les envía para desestabilizar y conspirar contra el pueblo venezolano y su Gobierno Revolucionario.
Quienes hoy pretenden erigirse como alternativa de poder frente a la Revolución Bolivariana, son quienes, en el siglo pasado, montaron sus fortunas expropiando al pueblo de su parte de la renta petrolera, aprovechándose de sus vinculaciones políticas con AD o Copei. Quienes en el siglo pasado, instauraron la cultura del “cuánto hay pa´eso”, corrompiendo funcionarios/funcionarias de la Administración Pública, a quienes –posteriormente- desprestigiaban achacándole toda la culpa de sus actos. Cultura de la corrupción, que ha sobrevivido esta Quinta República, veámoslo en los rostros de Guillermo Zuloaga y su: “acaparamos, pero damos empleo…”, o “soy un delincuente pero bueno, porque no asesino a mis víctimas…”; hoy sujeto de un auto de detención, imputado por el delito de usura por el presunto almacenamiento ilegal de vehículos en su residencia, localizada en el este de Caracas, para posteriormente venderlos a sobreprecio. O Nelson Mezerhane, en su condición de banquero, dueño del Federal, hoy intervenido por el Gobierno Revolucionario con la finalidad de salvaguardar los depósitos de sus ahorristas, el pueblo escuálido. Acusado, entre otras cosas, de no aumentar el capital social, no solventar el déficit del saldo mínimo de encaje legal requerido por el Banco Central de Venezuela (BCV), no incrementar los activos líquidos, no mejorar la actividad de intermediación financiera, no constituir provisiones, entre otros hechos delictivos, que colocan en riesgo los depósitos de sus clientes. Esa es la calaña de quienes hoy se anteponen como líderes del oposicionismo apátrida, dejando a un lado a sus partidos y organizaciones políticas de derecha. Razón tenía, José Martí, al repudiarlos vehementemente: “El pueblo más grande no es aquel en que una riqueza desigual y desenfrenada produce hombres crudos y mujeres venales y egoístas...”
“Si se es honrado y se nace pobre, no hay tiempo para ser sabio y rico”.
No conozco otra manera mejor de llamarle a nuestros ricos, a los hijos del azúcar, lo que son: ¡LADRONES! ¡IGNORANTES!...”
henryesc@yahoo.es