Pienso que el debate que se debe dar en este momento en el país no es el de sí se es creyente o no, respeto mucho quienes profesan la fa católica cristiana o cualquier otra religión, pero respeto mucho más a quienes manifiestan su ateísmo, sobre todo porque sus argumentos son más convincentes que los de los religiosos y ademas porque enfrentan los prejuicios de los hipócritas que pretenden satanizar y despojar de la condición de humano a quienes no siguen a su Dios, es por eso que con el reciente y lamentable fallecimiento de José Saramago quien descanso en paz fue el Vaticano, que fue puesto en evidencia en las obras literarias del ilustre escritor y ante la falta de argumentos para replicar su verdad optó por satanizarlo y solo le respondió cobardemente luego de su muerte, pero la obra de Saramago siempre estará golpeándoles fuerte.
No voy a definir en este momento mi condición de creyente o no, porque repito no se trata de eso, lo que si voy a expresar es mi inconformidad con la jerarquía eclesiástica mundial y nacional, con la “santa sede”, con la “santa iglesia católica” y por supuesto con la C.E.V, es decir, no me siento representado por ninguno de estos personajes e instituciones, ¿la razón? muy simple, a lo largo de la historia esta macabra estructura siempre ha estado casada con los factores de poder y se ha prestado para los crímenes más atroces así como las más grandes injusticias, todas estas acciones en nombre de DIOS, eso sin contar la gran cantidad de escándalos con los casos de pederastia y pedofilia que han salido a la luz pública recientemente pero que siempre han estado ahí y han sido barridos bajo la alfombra con la mirada cómplice de las “autoridades” eclesiásticas.
Venezuela no es la excepción, en el pasado la C.E.V estuvo casada con el poder a cambio de muy buenas prebendas y actualmente hasta el católico más fiel percibe que la jerarquía eclesiástica del país ha entrado sin ningún tipo de vergüenza al terreno político escudándose en sus sotanas en pro de conquistar el poder para sus eternos socios (la burguesía) y de esa manera rescatar las generosas “colaboraciones” que le hacía llegar el estado burgués. Es así, como en el año 2002 participaron impunemente con un rol protagónico en el golpe de estado que saco del poder al presidente durante 47 horas, llegando incluso a firmar el infame decreto Carmona representados en la figura del antiguo Cardenal el difunto Ignasio Velasco, quedando en evidencia, así como hace un año en Honduras donde el Cardenal Óscar Rodríguez (quien fue “papable” en el último cónclave) aprobó y vio con beneplácito en nombre de la iglesia el golpe de estado que saco del poder definitivamente a Zelaya, que la iglesia católica es reaccionaria y va en contra de los intereses de las mayorías y del pueblo.
Ahora vuelven por sus fueros, y ante la ausencia de un liderazgo político serio y capaz en la oposición, salen a llenar ese espacio con propaganda maccartista anticomunista de la guerra fría que en estos tiempos ya pocos compran y asumiendo posturas supraestatales como si estuvieran sobre el estado pretendiendo ignorar el orden institucional de la República poniendo en duda con intrigas chabacanas el Estado de derecho en Venezuela. Esta postura es encabezada por el “ilustre” cardenal Jorge Urosa Savino, a quien confieso que, sin conocer su historial, en los primeros días luego de su nombramiento por el Vaticano, previa aprobación del Estado Venezolano, me cayo bien y me pareció una persona seria y equilibrada, este encanto se me acabo desde el momento en que se conoció un correo de su autoría sobre la educación, donde salio a flote su espíritu burgués y su visión clasista de la sociedad estableciendo una serie de aberraciones que me hicieron ver en realidad quién es este personaje, un retrógrado pensé en su momento y ni porque venga el mismísimo Cristo ha recomendarlo seguiría a semejante “ilustre” .
Es por ello, que en estos días cuando el presidente Chávez sale a poner en su sitio al cardenal y la C.E.V que le acompaña en el coro reaccionario, me uno y apoyo el criterio que tilda por sus acciones y pensamiento a Urosa Savino y a la jerarquía de la Caverna Episcopal Venezolana de trogloditas, cavernicolas, cavernarios, retrógrados y todo término que se asocie a la era y el pensamiento prehistórico primitivo que representan estos señores, entendiendo que esta es una respuesta contra la jerarquía y no contra la fe ni el pueblo católico cristiano que ha de sentirse indignado con la actitud de estos “representantes” de Dios.
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