El “sambotenientecoronel” no sirve, dejadlo que se defienda sólo.
Julio Borges, tiene un dilema que le distrae y resta empeño para hacer con eficiencia su trabajo a favor de la MUD. Piensa, pero más le conviene creer, que el gobierno no sirve. Está ligado por el ombligo con la gente que en el pasado fungieron de capataces del país. Por su juventud, no estuvo entre quienes cobraban y se daban el vuelto, pero si saco provecho que los suyos fuesen de esos. Por esto, ansía que vuelvan esos tiempos y sus hijos, como él, vivan de privilegios.
Pese que el gobierno de Chávez no le niega derechos constitucionales y lucha para garantizarlos, como gestiona para que privilegios desaparezcan, aquél se ve amenazado y excluido. Incluir a la juventud toda en la universidad, acabando con todo elitismo, le desagrada y molesta. Cree que eso es para elegidos como él y quienes en esa calificación suya no estén, deben dedicarse o formarse para servirles. ¿Quién me recoge la basura y mis excrementos? Preguntó alguien de ellos en twitter.
Por eso, ese “igualitarismo niche y ramplón” de Chávez, que intenta que del pueblo surjan profesionales a raudales para servir a la gente; médicos como los cubanos y José Gregorio Hernández, para quienes convertir en mercancía onerosa sus servicios, no sólo es egoísta sino un crimen de lesa humanidad, no es para nada del gusto del personaje.
En definitiva, el gobierno del “sambotenientecoronel de pacotilla”, no sirve para nada, pese lo que digan CEPAL y todos los organismos internacionales que destacan los alcances en materia educativa, sanitaria, pobreza, disminución ostensible de la desigualdad social, deporte, defensa de las intereses hasta de la clase media, víctima del capital usurario y agiotista, salud, seguridad alimentaria, etc.
Para justificar sus negativas opiniones, se inventa cifras, cuya procedencia omite para no quedar al desnudo y expuesto al vergonzoso desmentido por la fuente misma. Pese al aumento sin precedentes de la inversión pública en materia educativa, que ha incorporado a la escuela una cifra de niños y adolescentes nunca antes conocida; no obstante, la creación de escuelas universitarias en cantidad tal que ha acabado con aquella vergüenza del cupo universitario, que excluía a miles de jóvenes; a pesar que incontables adultos, hasta de sesenta años y más se han incorporado a los distintos niveles del sistema educativo y Venezuela ha sido declarado libre de analfabetismo, dice tajantemente que Chávez está reprobado en este ámbito.
Y de la misma manera procede al evaluar al gobierno globalmente para quienes tienen paciencia y generosidad de escuchar o leer sus comentarios.
Visto así el asunto, uno cree que el personaje convencido está que el gobierno de Chávez y éste mismo, constituyen la mejor ventaja opositora en las presentes elecciones. Entonces seria sensato pensar que a los opositores conviene que, antes que terceros, sea el propio “desprestigiado, desgastado y acorralado” presidente quien se rasgue las vestiduras a favor suyo. “Déjenlo que se defienda solo”.
¿Cómo pensar, que un pueblo de un alto nivel crítico, pudiera hacerle caso a quién nada ha hecho?
Pero no funciona así la cosa. Hay un enredo. Pues, el mismo personaje, a quien ya identificamos como Julio Borges, aunque suelen haber otros, acuden a las instancias pertinentes, hablamos del CNE y a las que no lo son, como la prensa escrita y audiovisual, radio bemba y la infaltable audiencia internacional, a contradecirse denunciando que el presidente abusa al “participar en el debate electoral”, lectura que le dan a la aparición de éste en los medios por motivos diferentes, como el de responder a quienes le aluden. Entonces solicitan que a aquél callen.
No… Todo lo contrario, que hable cuanto le provoque. El gobierno no sirve, nada hace, el pueblo bien lo sabe; dejen que Chávez se ahogue en sus palabras. ¿No quedamos que no sirve? ¿Entonces?
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