A Henry le salió el balazo por la culetera

"Que un hombre se jacte de su castramiento es una vergüenza"

Bueno y entonces, ¿qué nos queda a los que tenemos principios, moral y luces? ¿Qué dicen los abogados bolivarianos de esta situación? ¿No es penado un golpe de Estado? Se habla mucho y se hace poco. Si es verdad que el pueblo odia los caradurismos, ¿qué atención puede darle éste a Henry Ramos Allup? Cuando un delincuente confiesa su crimen,¿no se le colocan las esposas para llevarlo a la cárcel? Henry Ramos Allup confesó que él y su hueste de pordioseros mentales estuvieron en el golpe de Estado contra Chávez y el pueblo, ¿entonces porqué también no van presos los que dijeron que "eso sólo fue un vacío de poder".

Henry Ramos Allup se cree el jagüey en el desierto. Se vanagloría, se siente satisfecho de haberse cagado en el gobierno que un pueblo en su mayoría eligió en 1998. Anda por ahí sin una pizca de vergüenza, sin un ápice de respeto. ¿Qué siente este golpista sin escrúpulos cuando ve a esa masa de gente vestida de rojo que democráticamente aupa a su líder y a su revpolución? ¿Se siente amo de una parte de Venezuela para decidir a quien puede respetar y a quién no?

El típico caso del holgazán acostumbrado a dormir en la eternidad que nunca ha tenido los ojos abiertos para mirar que existe otra gente más allá de sus fantásticos viajes a los reinos de la ociosidad. Henry Ramos Allup, es una vergüenza para la lucidez mental de un político, se acostumbró a vejar, a humillar, a robarse los sueños de las personas de más bajos recursos económicos. Por eso queda demostrado una vez más que el odio adeco por poner al pueblo a vivir en pocilgas no es mentira: es el reflejo de una organización demagoga que una vez se tildó de "el partido del pueblo".

Sin duda que la declaración de Henry Ramos Allup llama a la reflexión. Nos indica que anduvimos navegando durante casi cincuenta años, entre clocas, lodazales fecales y que igualmente tuvo razón el pueblo cuando dio por terminada la faena criminal que CAP, Leoni, Lusinchi, Ledezma, Ramos Allup y otros perendengues adecos, instalaron en esta república del Arauca vibrador y del sol y del sol.

Se quitó la careta HENRY RAMOS ALLUP. Su faz de motolito, de vejete incoherente, se hizo patente: el pueblo descubrió al verdadero mamotreto andante, que cuan cobarde al fin, regresó al terreno del crimen. Fue una bendición para la REVOLUCIÓN, pues aunque veamos con cierta indignación la puesta en libertad de algunos criminales golpistas, esta fue una buena lección, igualmente, para la democracia. Ya nadie ha de confiar en esos dirigentes a los que se les va el yoyo, porque dentro de su órgano biológico existe una fisura masculina. No puede confiar el pueblo en quienes ocultan la verdad en los momentos más tristes de la historia, para regurgitarlos cuando se acercan unas elecciones, ese es el fin del cuento de Henry Ramos Allup.

Creemos que en esa oposición convive gente honesta. Gente atada a los más elementales principios democráticos. Con seudos políticos como Henry Ranos Allup no puede llegar a pensar que va a ningún lado: el pueblo que no está con ella, también vota y es mayoría. Esa gente necesita de una asepsia general, de un adecentamiento de sus principales cabecillas, esa gente que hace política en la oposición, sin duda que no vería con buen agrado que entre ellos se encuentren los eternos usurpadores de la regla del juego democrático, porque los partidos políticos en una dictadura no sirven para un carajo y es adonde podrían llevarnos elementos como Henry Ramos Allup.

Se despojó de la actuación y quedó al desnudo: es un infeliz impostor. Tanto nadar para morir en la orilla. Tantas ofensas, tantas retaliaciones, tantas "cariberías", para darle sonido al l refrán popular, " a todo cochino le llega su diciembre". Henry Ramos Allup cavó su propia tumba. Y que no crea que sus hipócritas aseveraciones de que es un golpista, les van a hacer subir en las encuestas ante otros rivales que la oposición tendrá por ahí. El pueblo revolucionario y el de oposición, no necesitan de muchos análisis, para otorgarle el réquiem a quien siempre fue un triste payaso del circo adeco. Se le apagó la marquesina. Las luces y el telón han bajado para este carcamal desdentado, cuya precaria existencia rueda por la pendiente de la vida. El proscenio levanta su dedo acusador, para darle el adiós para siempre al último pavón. "Cada vez que abra la boca la simetría inteligente ha de sentir un golpe"

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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