El ministro del ambiente debe vigilar muy de cerca a la MUD para evitar que ésta lave sus trapitos sucios en el Guaire y, en particular lo atinente al tal Leopoldo López pero, con mayor énfasis, lo atinente a Aveledo.
El ambiente aéreo también es susceptible de contaminación con el oreo de los trapitos sucios del tal Leopoldo; alrededor de todo lo que se dice y se ventila respecto a ese muchacho, revolotea un mosquero tal como los referidos dípteros revolotean encima de la basura.
¡Vaya, vaya, cuanta truculencia y caradurismo, qué bolas tiene bolaños!
Saberse tramposo y desafiar a todo un pueblo, no es normal; luego, algo está detrás de la desafiante conducta de Leopoldo López y de la MUD, en contra del pueblo; ahí no hay cabo suelto y ese capo pestilente que es el tal Aveledo, está detrás de la cuestión, seguro.
Por algo Aveledo es gerente de la MUD; se me hace que ese carajo puede ser el escogido de la Clinton y lo demás es ensayo, maniobra y más maniobra, añagazas.
He empezado a mirar hacia el atorrante Aveledo y noto que ese tipo amenaza a nuestro pueblo, con un discurso extremadamente violento.
Hay múltiples sutiles formas de violencia y Aveledo no escapa de ser un avezado violento que manejó tras bastidores, el oficio de violencia en las pasadas cuatro décadas anteriores a 1998.
Aquí en Venezuela no ha habido mayor carga de violencia que las promesas incumplidas por adecos y copeyanos durante cuarenta años y en los cuales Aveledo ejerció el poder. El pelele López es un distractivo de la conjura, hacia donde hay que voltear los ojos es hacia el pestilente Aveledo, ahí se vislumbra la clave.
¡Aveledo es el puñal debajo de la ramita de olivo!-Inclusive, contra su propia gente-¡Es el propio trapo sucio! ¡Contaminaría al Guaire!
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