Los impacientes nunca esperan la luz del semáforo, es por lo que el cementerio está lleno de ellos.
Valga el símil para el cementerio de politicastros.
Ser pacientes y organizados es para nosotros, más que una necesidad, un deber; ser paciente no significa cruzar los brazos sino saber usarlos. No debemos dejarnos llevar. No tengamos la cabeza en otra parte.
¡Zóon politikon!
Hay reglas no escritas que, subvertirlas-en la política-acarrean lo que a I$$mael garCÍA: el desprecio de todos, a sabiendas de que hace donde va lo que hizo donde estaba.
Dicho de otro modo, al diputado “saco´e plomo” garCÍA le pega esa de Nat King Cole que dice…nadie me quiere / nadie me ama / sufro en silencio / mi desventura / voy por el mundo cruel / de fracaso en fracaso / llamo a las puertas del cielo / y nunca traspaso / le pido a Radonsky / que se apiade de mí /…
A los traidores indigna verlos pero hay que verlos; no es que el tipo de marras, de repente se convirtió en traidor; no, no es así, de lo que se trata es que el tipejo estaba adentro y no fuimos capaces de verlo.
Y, peor, en determinada ocasión le asignamos dirigir nada más y nada menos que una vital campaña electoral nacional, la que perdimos.
Valga, luego, la autocrítica. En sí, la crítica siempre debe tener un cauce en el cual expresarse y en ese sentido vale la pena que todos sepamos qué dispone el PSUV para canalizar la crítica.
El fruto de la autocrítica ha de fortalecernos siempre y cuando se haga de modo sistemático; si lo hacemos a la machimberra no vamos a lograr un carajo.
“saco´e plomo”, por ejemplo, es consecuencia no solamente de la blandenguería nuestra sino además, de fallas organizativas y he ahí el resultado. No es algo que no podamos superar sino una metida de pata de la que debemos haber aprendido. Asumamos que las hojas se caen y eso es parte de la evolución. Además que, tirapiedras tiran piedras. El PSUV, en tanto que frondoso árbol que da frutos-he ahí la gran revolución popular bolivariana-debe saber que van a tirarle piedras.
No basta trabajar duro, es fundamental hacerlo con sistemática organización para ser eficaces y obtener en Octubre de 2012, un triunfo vergatario que, de seguro, resonará más allá de nuestras fronteras físicas.
No olvidemos la moraleja de “la liebre y la tortuga”.
oceanoatlanticoguillermo@gmail.com