La desesperación construye odios y guerras. Existen en el mundo dos clase de hombres; los frustrados y los triunfadores. Los primeros son que lo que preñan guerras, los segundos los que La evitan. A los primeros no les importa lo que le pase a los hijos, los segundos los protegen sin importarle de quienes salieron.
No por ser intelectual, profesional, rico, o dueño de lujos, se es feliz: feliz es quien tiene la vida para usarla en equidad, en paz y en amor. Estudiar psicología, sociología, o psiquiatría para pretender penetrar la psiquis de la gente e implantar odios y guerras es inequívoco. Normalmente es cosa de frustrado, sin llegar a generalizar, buscar esas profesiones para tales fines, es muy peligroso. Un frustrado, por ciego y fanático no es capaz de ver las consecuencias que puede generar su acción.
Quienes aúpan la muerte, el asesinato, el golpe contra el Presidente de la República son sin duda alguna, además de frustrados, personas enfermas, psicópatas, infelices. Y esto se escribe porque alentar mediante la radio, la televisión, la prensa escrita e Internet, la muerte, el asesinato, el nuevo golpe contra el presidente Chávez lleva podría llevar consigo un alto costo humano. Una pelea bestial, donde la razón se impondría al fanatismo de los que se creen superiores: las guerras las ganan son los soldados. Y los soldados emergen del pueblo
En 2011 el pueblo actuó con frialdad, digo el pueblo mayoría, contra quienes rompieron el hilo constitucional. Hoy mucha de esa gente (quisiera que ellos los escucharan) habla entre dientes cosas que por ética no podemos escribir en este espacio, pero que llevan consigo un alto ingrediente oral, cuyo sonido expresa “no haber actuado ese día con dureza”
Los irresponsables Rafael Poleo, Miguel H Otero, Fernando Rodríguez y Diego Arria ¿en verdad conocen al pueblo? ¿Han estado a su lado? ¿Han olvidado como actuó el 27 de febrero y días más? ¿Saben acaso de la extirpe de este Gigante cuando se ponen en acción? Es sin duda alguna una gran irresponsabilidad no buscar el poder por los medios democráticos.
No somos suizos, dijo una vez un adeco, y tuvo razón, esta musculatura granítica, este submarino atómico, este misil intercontinental que es el pueblo venezolano, no es sajón; es una mezcla de fuerza, un ciclón indetenible, que lo primero que haría ante esta utópica situación, es arrasar con “los primeros montes” para iniciar el camino de la guerra, la cual ni la superpotencia mundial más criminal podrá apaciguar jamás.
En este instante el mundo se mueve contra quienes los ataron a la esclavitud; nosotros estamos saliendo de ella. La puerta se abrió en Venezuela para que entrara este poder soberano para ir demarcando los grandes espacios de los sueños, negados por los Poleo, los Otero, los Rodríguez, los Arria. Que se utilicen los medios, radio, televisión, prensa e Internet, como faceta de lucha contra Chávez, llamando al magnicidio, utilizando la inseguridad que sólo la sufre es el pueblo y no ellos, porque ellos formaron (los Poleo, los Arria, los Fernández, los Rendón) a estos delincuentes negándole la educación, conminándolos a la pobreza, al olvido, a la persecución. Los que hoy matan a sus propios vecinos, a sus propios hermanos, es el fruto amargo que plantó, por interés, la IV-R y es un descaro, una falta de responsabilidad muy peligrosa, sobre todo para quienes creen que en una guerra van a salir incólumes. Están equivocados, porque si eso llegara a suceder, tal vez por primera vez, los hijos de aquellos que guerrearon con Bolívar, no van a acatar la eterna paz y calma que el Presidente les ha pedido siempre. Recuerden que Chávez es lucha, sangre y amor, hombre enviado por la vida para quitarles a los esclavistas las riendas de un pueblo que durante tantos años sufrió penurias.
No les busquen las cinco patas al gato, y jueguen en la mesa el dominó democrático con el cual se debe jugar sin meter “cabras”. “L a ingenuidad sólo es válida en los niños” Ojo pueblo
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