Soto Rojas y María Machado, de novios, darían morado porque él es de sangre roja y ella de sangre azul

Parece ser que Soto Rojas y la María Machado estuvieron juntitos durante la más reciente comparecencia de Chávez a la Asamblea nacional.

Él, de sangre roja (rojita) y ella, de sangre azul (azulita) deben saber que ambos colores dan morado pero no necesariamente hay que llegar a los extremos y causar anomalías. Con modo todo se puede sin llegar a un pacto de sangre.

Acaramelados no se vieron-según me han contado-pero sí muy juntitos y aunque ella no se mostró siquiera sonreída, la culpa es del camarada Soto Rojas que parece ser todavía un poco novato en esas lides. Pero, seguramente habrá quien le eche la culpa a Chávez, en vez de a Soto Rojas, por la adustez de la cara´e piedra.

Con un poco de astucia cualquiera pone a reír a una mujer cara´e piedra. A una mujer normal, bastase rozarle el oído izquierdo con una plumita de cardenal-de esos que andan por ahí largando las plumas- que es muy suave, y hacerle cosquilla, y entonces ella va a encantarse porque a toda mujer le gusta la suavidad, la cosquilla y la ternura, al efecto uno tiene que decirle así:

“Mira, amorcito, te obsequio esta plumita para que te la pongas en la cabecita con un lazo bien bonito”; en cambio, la mujer cara´e piedra bis, en el fondo es mujer, sólo que le falta cierta cuestión, más ná, y ahí uno tiene que ser como “Mano´e piedra Durán” para meterla en cintura porque un clavo saca otro clavo; y, luego, una vez disciplinada, tratarla con dulzura: ¡Palo y pa´el fogón!

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Guillermo Guzmán


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