¡Qué vaina, Pablo Medina está salado, ni alpargatas tiene!
Hasta María Machado le va encima con un 0,0X %, lo que es una afrenta para él, que se la echa de fístico.
Ese tal Pablo Medina no es un mal muchacho pero no anda bien de la cabeza y creo que un buen purgante, podría hacerle mucho bien.
Tratar de andar sin pies ni cabeza carece de sentido porque la libertad sin dirección es vacía; tú siempre debes tratar de saber donde estás parado, antes de tomar decisiones.
Llegar más abajo, un pelo por arriba o, acaso de igual, con María Machado, en una competencia política, es muy triste, pero, ostentarlo, sale del mapa de toda consideración sensata. De eso se trata.
¿Cuánto dinero hay por debajo de la manga de camisa? ¿Cuánto le paga el Departamento de Estado norteamericano a Pablo Medina, por servir de comparsa en la estrategia gringa por apoderarse de PDVSA?
Lo que extraña es que Hillary Clinton ni siquiera le haya suministrado a Pablo Medina, un par de alpargatas sino que lo mueva como a un pelele, simplemente.
No obstante, el irrelevante papel de Pablo Medina, tal de vil relleno en la actual contienda electoral presidencial, no es algo que deba pasar desapercibido; luego del desenlace de la candidatura apátrida, habrá que analizar esa arista.
Por ahora, hay que ir a las líneas
gruesas.
