En la MUD, hay mucha angustia porque Armando Briquet, ha persuadido a Capriles que a aquélla no le pare. Pero el asesor, como la MUD también, preocupados están, porque el candidato no levanta. No es asunto de ponerle a emular a CAP saltando charcos, sino disponerle a que levante votantes o, lo que es lo mismo, volverle atractivo para conquistar el cerro de votos que falta le hace para ganarle a Chávez.
La preocupación es mayor porque Salas Romer, desde su cuartel de Valencia, mientras va y viene entre esa ciudad y EEUU, ha puesto a correr la especie que “expertos” de allá, más relancinos que el tal Briquet, que al fin de cuentas sólo es un “made in Venenezuela”, le han advertido que se ponga en movimiento, caliente los motores, levante pesas y de todo, haciendo de tripas corazón, por si tiene que salir a recoger el testigo que se le cae a Capriles de las manos.
Por el estado de ánimo y la animadversión, se comenta que el “Frijolito”, instado por sus asesores gringos, de los mejores del planeta, no hay por qué dudarlo, ha comentado “en privado” como para todo el mundo sepa, no lo que dice, que lo sabe todo el mundo, sino que él lo dice, que el candidato no levanta ni usando una “señorita”, referida la palabra a esos instrumentos para mover pesadas cargas.
Como en este país la gente no suele guardar mucho lo que se “asume” como si fuese un secreto y, el padre del “Pollo”, no tiene interés tampoco que eso quede oculto, la MUD, Briquet y Capriles mismo, están bien enterados de las expectativas de aquél.
Leopoldo López, uno no entiende por qué, Briquet y Capriles, tampoco se lo pueden explicar, no ha podido transferir el arrume de votos que en los cerros y cañadas supuestamente tenía encaletados y ofreció en inusitado gesto generoso a cambio de “nada, nadita, nada”. Con los Pablo no se cuenta y Diego Arria, menos.
Por esas cosas, la asesorìa de Capriles quiere darle un cambio sustancial a la imagen de la candidatura, por lo menos en lo que puede y para lo que no se requiere mucho aporte de quièn la encarna. Hay que hacerle popular y hasta màs radical que Chàvez. Por eso, ha sorprendido al anunciar un proyecto – que èl, en su ensimismamiento, desconocimiento de los procedimientos legales y sentido autoritario, de antemano llama Ley- “de las Misiones” y agrega, “para que ellas se liberen de la tutela del Estado”- Lo de ocuparse de ellas, es para intentar asimilarse a Chàvez y hasta como queriendo emularle. Pero de antemano, al rompe, desvincularles de la responsabilidad estatal, algo asì como que queden al garete o bajo control privado.
Pero no va quedarse en eso. Es màs, bien sabe que no le sirve, pues de lejos se ve la maña, la carta bajo la manga.
Lo que si han pensado y repensado, el candidato, su comando y el señor Briquet, sin tomar en cuenta a AD, UNT, COPEI y sus carnales, lo que equivale decir Ramos Allup y demàs comparseros, es llamar a Marìa.
Marìa Corina lanzò una consigna que quedò tirada por allì; no le dio los votos necesarios, porque ella tiene la cara amarrada y el disgusto propio de las frustraciones en exceso se le notan. La oferta de capitalismo popular, cree Briquet y su comando, no es suficiente; el regalo por ser una simple bomba “caza bobos”, debe ir en empaque adecuado; boca, rostro, tono de voz, todo de Capriles, cada quien en lo suyo, por aquello de “cada oveja con su pareja”.
“Es el ùltimo recurso que nos queda”, dice con extremada angustia el asesor Briquet, “de lo contrario, del bullpen esmirriado y enjuto, podrìa salir otra vez Frijolito. Ya pasò una vez y, ¿por què no habrìa de volver?”
Pero como en el capitalismo y entre capitalistas la propiedad es predominantemente individual, reconocen el derecho intelectual de Marìa sobre aquella consigna; por lo cual requieren su consentimiento para usarla. Razòn suficiente para tener que llamarla. Pero solo para que preste la batea.
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