"Leopoldo Puchi, tambièn habla de “la posibilidad que Chàvez no sea candidato"

Echen a Chávez del tren

 Definitivamente, la oposición reconoce, por todos los medios, en todos los espacios y voces, que no puede con Chávez.

 -“Es qué no puedo con él”, se dice la oposición en su totalidad, aunque cada quien lo diga por su lado, en todos los rincones, en su particular discurso y, como la zarzamora, “llora que llora”.

 ¿Por qué Rafael Poleo, aparece en plena campaña, rompiendo lanzas contra Capriles y asegurando que viene en picada?

 Lo de Poleo no se explica sólo en lo de buscar un nuevo candidato, que es prédica proveniente del lado de los Salas, opción parecida aquélla que defenestró la candidatura de Alfaro Ucero y sacó la alfombra a Irene Sáez, para terminar apoyando al viejo de la familia. A quien en fin de cuentas, Chávez dejó en el esterero.

 La posición opositora, con todas sus contradicciones, como las antes señaladas y las que abundan, no se explica en las reconocidas deficiencias de la candidatura, sino en la existencia de Chávez. Ese sector está más convencido que el chavismo mismo, por lo que bien sabe, que derrotarle, es una tarea demasiado cuesta arriba.

  Por eso Poleo, dijo lo que dijo y no porque esté pensando en apoyar a “Frijolito”, sino porque le importa un comino que Capriles pierda y mientras la derrota sea más contundente mejor para sus “inspirados” planes. Además, el director del “Nuevo País”, no sólo sabe que Capriles va camino a la derrota, sino que lo desea y aplaude.

 Para los proyectos de la derecha distinta a Capriles, en estos momentos, lo ideal es que le derroten; sus fuerzas queden aniquiladas y su nombre y prestigio, aunque no sea mucho lo que tiene, en el olvido. 

   La aspiración de Poleo y otros sectores, tan desligados del candidato, que hablan del “comando de Capriles”, un como sacarle el bulto, es que Chávez muera. Es más, antes de mal poner a Capriles, estuvo rogando en grandes titulares, que ésto sucediese.

  Aunque deseos no empreñan, Poleo y unos cuantos más, basan sus esperanzas en unas nuevas elecciones, a las cuales hasta le ponen un plazo máximo de dos años, porque en ese lapso Chávez morirá. La locura es tan grande que, hasta gente que pareciera en veces sensata, juega con eso.

 Tal esperanza coincide con aquél necrofílico juego de hacer encuestas reales o no, en donde el candidato opositor se enfrenta a un chavista distinto a Chávez, diseñado cuando esperaban que éste regresara muerto de Cuba.

 Por supuesto, las fuerzas externas, sin dudas sobre qué pasará en octubre, también se aferran a este clavo caliente, porque “la esperanza es lo último que se pierde”.

  Leopoldo Puchi, quien se había mostrado como analista equilibrado, coherente y hasta eventualmente lúcido, ha calificado al acertado e inobjetable planteaamiento proveniente del chavismo, según el cual, en el proceso electoral venidero no se enfrentan dos hombres, sino “dos proyectos”, no es más que un intento de darle sustentabilidad futura al chavismo, “ante la posibilidad que Chávez no sea el candidato”.

 Puchi pasa por alto que ese deseo desenfrenado e inhumano, es el resultado de la verdad encerrada en el diagnóstico chavista.

 ¡Esa conducta es necrofílica, aunque se vista de sotana!

damas.eligio@gmail.com




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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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