Algunos padres tienen hijos tarambanas porque no los han sabido formar. Los hijos son lo que son pero los padres estamos obligados a guiarlos no a los trancazos sino que recrearlos en la ternura y en la razón, convencerlos con razonamientos asertivos es lo trascendente.
Después ellos por sí mismos se hacen hombres de bien, no sinvergüenzas; pero hay padres que no son tales, no se ocupan de sus hijos y si lo hacen es con represión y mire usted que hay diversas formas de represión, desde las más sutiles e inadvertidas hasta las de corte físico y todas dejan traumas en la cabeza.
La educación religiosa anula y castra facultades en los niños porque los ata al dogma y los lleva a un modelo de pensamiento inflexiblemente cerrado, he ahí a Monseñor Mikel Jackson De Viana, por ejemplo, del que hasta hoy yo desconocía su nombre pero, “me escriben, aunque no sé leer”.
He ahí que se me ha informado que el fanfarrón y terrorista facineroso cura que vociferó durante el golpe de Estado de 2002-y que derrocó a Chávez-ser adeco (de tenedor, cachos y uña en el rabo), se llama Mikel J De Viana.
Quiso decir el referido monseñor, que él es partidario de aquel gobernador de Caracas que durante el “Caracazo” ordenó abrir las puertas del penal La Planta para acribillar a un sinnúmero de presos y cuyos restos pararon en el Guaire, es de ingrata recordación ese criminal acto de barbarie y cuyo autor es el otrora gobernador adeco hoy conocido como “Vampiro Mayor” por la orgía de sangre y destrucción que le asestó a nuestro sufrido pueblo y precisamente, dicho prelado no tiene empacho en solidarizarse con tan abominable modus operandi adeco.
Es de suponer que El Santo Padre no avale el comportamiento del tal Mikel De Viana, en cuyo caso, éste es un hijo desobediente, pérfido, curruña de un esbirro sanguinario; mas, el manganzón De Viana no es la excepción sino la regla entre todos quienes integran la Conferencia Episcopal Venezolana.
En virtud de que la evidencia es irrefutable respecto al citado sujeto, ojalá Su Santidad tome cartas en el asunto pero, si no lo hace, peor que peor para El Vaticano porque se estaría avalando el cisma ya en marcha, de esa iglesia.
¡El Santo Padre debería avergonzarse del alto clero venezolano!
O, el que calla otorga.
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