saco de gatos. Nadie se atreve a decir nada distinto a aquello profundo y trascendente de ¡Chávez vete ya!, por temor no le agrade al vecino. Se han peleado bueno y sabroso por eso de la tarjeta única que HCR y su círculo cerrado rechazan, porque está bien andar juntos pero no revueltos.
Capriles Radonski, María Corina y hasta Leopoldo López, nacidos y criados en el este del este, no recién llegados, no se revuelcan con coleados, recién vestidos, arribistas, advenedizos, socialdemócratas adecos y sus derivados; menos con viejos ñángaras arrepentidos. Por eso, nada de tarjeta única porque esta unidad pegamentosa, hasta allí llega. No se trata de un “amor apasionado”, sino una simple aventura convencional y muy transitoria; para pasar una noche aburrida y lluviosa. Por estas cosas, parecen unos cuantos felinos de uñas afiladas metidos en un costal estrecho.
Pero también parecen locas y locos embriagados. Hoy dicen algo y mañana se desmienten o simplemente dicen lo contario. En su programa, como cuestión de honor o de principio, cosa que por cierto no ocultan, como si hacen con muchas otras, está escrito en letras grandes y cursivas, que “inmediatamente se suspenderá el envío de petróleo a Cuba”.
Apenas HCR llegue a Miraflores - ¡urpia Dolores! – a cubanos se les cerrará el grifo; barco petrolero que se encuentre en alta mar rumbo a la isla, volteará a gringolandia. En eso, dicen todos, como banda no ebria, sino acompasada por batuta sobria y habilidosa, “no habrá peros que valgan”.
Pero ahora, hoy mismo, cuando Chávez ordena suspender el envío del hidrocarburo a Paraguay, como muestra de solidaridad con el gobierno legítimo de Lugo, en la oposición dicen que se intenta chantajear a Franco sin pensar en los daños al pueblo guaraní.
¿En qué quedamos? ¿Si se le suspende a Cuba no se daña al pueblo de Martí? ¿O es que el pueblo cubano es otra cosa?
Y en esa tónica se la pasan, sólo por combatir a Chávez, con la esperanza propia de desquiciado que, éste por fastidio, recoja sus macundales y se marche. Lo que se quedarían esperando, porque el presidente como si parece vacunado contra esa maldición y, por eso, llamó a referéndum para seguir allí, así no le guste a la MUD y sobre todo a los “amos”.
Lo que ahora leo en la prensa regional es de antología. Tanto es así que no merece comentarios. Veamos los hechos.
Luis Ignacio Planas de Copei, quien forma parte del pequeño grupo que ahora va a la España en carraplana por culpa de sus malos gobiernos, en busca –¡miren que locos!- de reales y consejos, anuncia que presentará ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA - ¡qué manía!-, cuestionada y en salsa, denuncia contra el gobierno nacional y el TSJ, porque ambos se “encambimbaron” nada y nada menos que con José Curiel, un antichavista mal rabioso, para excluir votantes copeyanos en sus elecciones internas y –ponga atención amigo lector de lo que viene – incluir “40 mil militantes del PSUV para que votasen para escoger la autoridades” de ese partido sin gente.
Por cierto, la acusación de Planas a Curiel, es también una muy buena muestra hasta dónde llegan sus desavenencias y cómo pega su unidad.
La información anterior, no fue sacada de un laboratorio de guerra sucia del chavismo, sino que está impresa en el diario “El Norte” de Barcelona del día 26-06-12, página 9. Para más señas, dicho medio lo preside el señor Gustavo Petricca.
El lector puede escoger, al leer estas cosas, los términos que le parezcan adecuados para calificar al bando opositor y siempre se quedaría corto. Uno por conmiseración sólo dice, no hay duda que prevalecen insensatez y oportunismo.
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