William Ojeda, ha sido en estos últimos años, uno de los opositores más recalcitrantes contra Chávez. Por supuesto, uno esperaba que, en cualquier momento, sobre todo después de las elecciones, esa colcha de retazos que es la MUD, empezaría a despedazarse. Pero no imaginaba que entre los primeros desprendidos estuviese David De Lima, pese a que la oposición con él no fue muy solidaria, desde que se le venció el período de gobierno en Anzoátegui.
Si ese personaje nos sorprendió, más lo hizo el diputado Ojeda.
Repasemos que dijo este ùltimo. Empezó por reconocer de manera simulada que a Capriles le fue mal en el simulacro.
“Si queremos mejorar las cosas, obtener los resultados que esperamos el 7-0, debemos reconocer las fallas que hubo en las movilizaciones y el llamado a votar.”
Fue esa la forma más sutil que Ojeda encontró para admitir que les fue muy mal ese domingo de simulacro y que fue un simulacro, lo que Leopoldo López anunció a la prensa sobre el presunto “triunfo de Capriles.”
“Nosotros creemos que el centro de toda política es el ser humano, la gente.”
Después de dicho eso, condenó las políticas neoliberales, anunció no estar dispuestos a apoyar aquello. Con ello, dio por verdadero el documento que denunció De Lima. Además exigió que esas cosas había que discutirlas con toda libertad, pues esas medidas provenientes del recetario del FMI han fracaso en todas partes y son un crimen contra los más débiles.
“Soy un opositor al gobierno, pero no debo desconocer que las políticas sociales de este gobierno son progresistas y generosas; sólo habría que mejorarlas.”
¿Qué significa todo esto?
Ellos, los opositores de todo pelo, saben bien lo que dicen las trompetas, las vuvuzelas de las encuestas. Que a esta altura, la brecha entre Chávez y Capriles es tan grande, que como dijo un conocido encuestador, no hay forma de revertir la tendencia que favorece al presidente.
Sabiendo lo que habrá de suceder, ellos comienzan a tomar distancia de Primero Justicia y de la extrema derecha. Por supuesto había que manejar una excusa o argumento respetable y apelaron a lo que ya sabían; la existencia de ese documento que los precandidatos firmaron alegremente unos meses atrás, porque sólo prevalecía la idea de derrotar a Chávez.
Y no es mala la jugada. Después de octubre. Reinstalado Chávez en Miraflores por seis años más, las aguas tenderán a tomar su cauce natural y esa polarización, provocada por la insurgencia del chavismo o bolivarianismo, empezará a disolverse. Pues no es normal que en una sociedad capitalista como la nuestra, toda la oposición, pese a las diferencias hasta sustanciales que entre ellos existen, aparezcan formando aunque sea una colcha de retazos.
Además, derrotada la derecha extrema, neoliberal a ultranza, pro imperialista, clasistamente focalizada, entre ella y el chavismo quedará un espacio apreciable que habrá que ocupar.
Es decir, haber avizorado la derrota, llegado a un punto que muestra que no hay vuelta atrás; sabiendo el vacío que habrá que llenar, los De Lima, Ojeda y unos cuantos más, están tomando posición por adelantado. No quepa duda que manifestaciones como esas habrán de repetirse.
Pero debo dejar claro que, eso no es malo ni censurable; aislar la extrema derecha, agentes del fascismo y los màs connotados agentes de la política del Departamento de Estado, es una victoria más para el movimiento popular y revolucionario.
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