El rostro del diputado Caldera, por lo menos esa fue mi apreciación, inspiraba lástima por el miedo mal disimulado. Hasta parecía atontado, tanto que no dijo nada significativo en su defensa, ni siquiera repitió el absurdo cuento que el video registraba el recibo de un aporte para su futura campaña como Alcalde, en elecciones que se efectuarán dentro de diez meses. Versión, por cierto, original de Armando Briquet, jefe de campaña de Capriles.
El único diputado, muy joven por cierto, pues los viejos callaron, quien salió en “su defensa”, optò más bien defender a Capriles, exponiendo el argumento más disparatado y absurdo que se haya esgrimido en el parlamento venezolano.
Este diputado, muy cuidadoso de su futuro, elogió a su candidato por haber tomado una decisión como la “dejar fuera del proyecto y de Primero Justicia” a Caldera y además de acusarle de “buscar beneficios personales usando su nombre.” Y agregó, “Capriles tomó en segundos esas decisiones.”
Según ese diputado, la decisión de Capriles “en segundos”, tomando como cierta la mentira que Caldera “recababa” fondos para su futura campaña como Alcalde, fundada en la denuncia a través de un video, con todo lo que eso implica desde el punto de vista legal, no fue, un adelantarse a los acontecimientos, resultados de las investigaciones, acto innoble que ni siquiera intentó darle el habitual y generoso margen de duda a un compañero, sino un acto justo y hasta sabio, y por ello digno de exaltarse. Calificarle de jalador es poco; la imaginación se quedaría corta. La verdad es que Capriles, sabía todo el rollo y había que huir hacia adelante.
Capriles, no se conformó con ordenar la suspensión de Caldera mientras se culminan las investigaciones, en ese momento ni siquiera iniciadas y sin haber una acusación formal, sino de antemano le botó a la basura y hasta le calificó de delincuente que, intentó sacar provecho “personal”, ni siquiera político, a su nombre.
No obstante tanta indecencia, crueldad e innobleza, Caldera, asustado prefirió asumir la responsabilidad, darle validez al absurdo que recababa fondos para su campaña de mediados del año venidero. Y lo que es peor, a la actitud de su verdugo, quien le expuso al desprecio ante la militancia de Primero Justicia, el universo de votantes de la oposición, sus amigos y hasta familia y cual dictador, de manera sumaria le juzgó y sentenció. Con asombro y consternación, uno escuchó a Caldera defender en su discurso, en el mismo en el cual nada hizo a favor suyo, salvo ponerse como víctima, a su victimario.
Si a ver vamos, como solemos decir los venezolanos, Caldera es presuntamente responsable de un delito, ese que recoge el video, pero de esos que llaman por encargo; si desenrollamos la madeja, en la otra punta se hallará al capo.
Capriles, uno no sabe ahorita a ciencia cierta, si es cínico, cruel, indelicado, además de bruto o las cuatro cosas juntas.
Nadie se come el cuento que Caldera recogía dinero para una campaña que muy lejos está y menos ante el apremio que tienen por lo ahora en juego. Menos sabiendo la alta responsabilidad dirigente del diputado opositor. Quienes primero lo saben son Capriles y Caldera. Pero cogido éste con las manos en la masa, “el demócrata” y justiciero Capriles, sin reunir a nadie, escuchar a Caldera, someterle a un organismo competente, que debe haberlo en Primero Justicia, si es partido moderno-justamente porque la justicia es primordial-, no sólo lo reprende, da por cierto los hechos que se registran en un video que supuestamente acaba de ver, juzga y sanciona, sino que además con saña le acusa de aprovechador y expone al escarnio público.
¿Actuó Capriles así, de manera tan desmesurada, justamente porque estaba al tanto de todo, por el riesgo que corría y con premura había que deslindarse de la paloma mensajera antes que tomara vuelo de regreso y la cazasen en la madriguera?
Caldera, ante tamaña barbaridad y desatino, baja la cabeza, asume la culpa y se “inmola”. Mientras quien pudo llevarle a aquello, sin mesura ni respeto a su dignidad, lo enloda.
¿Qué pasa entre telones? ¿Caldera es tan poca cosa que deja que le ensucien, no le permitan defenderse, explicar lo que deba a sus amigos y compañeros, mientras estos le juzgan indispuestos? ¿Qué cosa le dijeron, qué condición le pusieron en la intimidad para que aceptase tanta humillación? ¿Por la causa? ¿Cuál? ¿La de sus hijos, familia y su integridad misma?
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