Yo, y pienso que muchos de quienes nos preocupamos por estar lo más informados posible, que leemos la prensa de las diferentes tendencias y nos paseamos por los programas de opinión de los diferentes canales, no salgo del asombro al comprobar como personajes a los que se le otorgaba cierta dosis de seriedad y sindéresis, caen en comportamientos de muchos de aquellos que con sus acciones y contradicciones han contribuido a que los políticos sean considerados con recelo y la política sea rechazada no por pocos, como medio para el logro del mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, porque personas como los que conforman la mafia de la ultraderecha agrupada en Primero justicia, se han encargado de contaminar todo lo que tocan, demostrando que para nada pueden ser alternativa ante una Revolución que con fallas y carencias, reconocidas por su líder e ideólogo viviente, está dejando huella en el mejoramiento de la calidad de vida de los venezolanos, pero que hace esfuerzos cada día por ser más perfectible deslastrándose de vicios arraigados en el país como herencia de quienes durante más de cuarenta años hicieron fiesta con la Patria y que ahora han sido desplazados y marginados cual leprosos del medioevo, por lo más aberrante de cualquier sociedad: el fascismo más puro representado por Primero Justicia.
Últimamente, y quizá como producto de la campaña electoral, son muchas las caretas que se han caído, sobre todo en los últimos días, uno de los casos más significativos es el acto de corrupción cometido por el diputado Juan Carlos Caldera, quien parecía podría ser una excepción dentro de un grupo de políticos, cuyos orígenes y pasado oscuro, no le abonaban nada bueno por logros positivos, sobre todo para los más necesitados, pues la cúpula que dirige a los incautos que los siguen, afortunadamente no más del 5 por ciento del espectro político, son niños bien, sifrimos adultos, con características fascistóides, demostradas en múltiples oportunidades que el pueblo venezolano conoce suficientemente bien.
Uno de ellos de manera inexplicable, pues dentro de la oposición hay líderes estructural e intelectualmente bien formados y experimentados, se coló y hoy es candidato, supuestamente como resultado de las llamadas elecciones primarias, que a estas alturas ni ellos mismos dudan, fueron una mentira y un montaje cuyos verdaderos resultados ocultaron como sabemos, con fuego y cenizas.
Pues bien ya queda claro, con la pruebas contundentes e irrefutables que hemos visto, que haciendo gala de los métodos y medios delictuales de su nacimiento como partido, Primero Justicia ocurre en actos expresamente tipificados como delitos para financiar la campaña electoral de su candidato.
Nadie con cierto grado de raciocinio, podrá darle crédito a la reacción, casi que a la velocidad de la luz, de dos de los capos del grupo que no son otros que el propio candidato y el jefe del partido, quienes salieron a linchar al muchacho que habían escogido como mensajero y receptor de los dineros que, por la vía que hoy conocemos, han venido acumulando, y lo escogieron porque como dije antes parecía gozar de cierta fama de seriedad y responsabilidad, pero no por eso sino porque supuestamente podría ser garantía, para quienes se prestasen para los planes recolectores de dinero por vías expresamente prohibidas en la Ley.
Posteriormente vimos en la AN a la bancada de la derecha, casi que muda y sin argumentos, pero que con su actitud ante la poco convincente autodefensa del imputado, aplaudiéndolo y abrazándolo efusivamente, dejó entrever la enorme crisis que vive el oposicionismo venezolano carente de liderazgo, pues si lo tuviesen lo lógico es que se hicieran eco de lo que se desprende de la reacción del candidato y del jefe del partido al cual pertenece el imputado, que es un sainete tragicómico más de los tantos a que nos tiene acostumbrados el majunchismo venezolano.
Esa especie de solidaridad automática demostrada al no votar la propuesta para que se iniciase a través del nombramiento de una comisión especial, una investigación, da pie para confirmar la pobreza de criterio de quienes pretenden gobernar este país.
La sorpresa no queda ahí, otro personaje supuestamente respetado por tirios y troyanos como el constitucionalista Herman Escarrá también dejó caer su careta, al arrugar ante la reacción contra sus declaraciones sobre el llamado “paquetazo” por quienes él mismo ha llamado “la canalla”, raudo y veloz salió prácticamente a retractarse y a negar el origen del documento como salido de la MUD, cuando todo el país presenció su firma por parte de los precandidatos, en un acto organizado por la llamada Mesa de la Unidad Democrática con el compromiso de cumplirlo fuese quien fuese el abanderado para oponerse a Chávez.
Ahora sale el hermano de el nunca bien recordado Carlos, a decir que no dijo lo que dijo y que VTV, está tergiversando sus palabras lo cual le descalifica ante los no pocos que le creíamos una de la excepciones de una derecha que puja por apoderarse del poder para entregarle la Patria a intereses foráneos y colocarla al servicio de sus financistas de campaña.
Sin embargo hay que aceptar que si quedan aun en el campo opositor valientes que como David de Lima, William Ojeda, directivos de los cuatro partidos que han manifestado quitarle su respaldo a la derecha, porque ellos que estaban dentro del monstruo le vieron sus vísceras cargadas de veneno letal, que de aplicarse al pueblo de Venezuela, nos faltaría tiempo y vida para presenciar los terribles acontecimientos por los que tendría que pasar nuestro pueblo.
Todos estos acontecimientos y casos, que no son los únicos nos tienen que llevar a una conclusión apenas lógica: La derecha como lo ha demostrado en todas partes del mundo donde ha llegado a dominar el poder, por más que quiera disfrazarse, nunca podrá ser otra cosa que un instrumento del gran capital productora de pobreza y exclusión.
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