La verdad es que quien esto escribe no sabe y mucho menos está seguro de quien o quienes fueron los responsables de los trágicos sucesos de Barinas. Sucesos que, por lo demás, nos retrotraen a épocas que creíamos superadas. O más exactamente: a épocas de barbarie que ingenuamente se ha llegado a creer que habían desaparecido, sólo porque un largo transcurrir del tiempo implicaba de manera automática, un cambio en la mentalidad de los hombres. Cuando la realidad es radicalmente distinta; es decir, que es el hombre el que le imprime su impronta a los tiempos y a las épocas y no al revés. Esto es tan cierto, que en Venezuela los mismos factores que han condicionado la conducta criminal y agresiva de algunos sectores de la sociedad, continúan tan vivos y vigentes como en los tiempos de la colona, cuando la conservación de los privilegios de casta se hacía sobre la base de una brutal represión de la población, y cuando no, mediante la celada o el disparo por mampuesto contra el comerciante o hacendado competidor.
Y esto es lo que, con algunas pequeñas variantes de forma, está ocurriendo en nuestro país. Porque esos sectores, que antaño utilizaban sistemáticamente la violencia y el crimen para conservar sus inmorales prebendas y sinecuras, son los mismos que ahora, mediante esos repudiables procedimientos, tratan de recuperarlos. Y lo hacen con la misma ferocidad con la que la bestia caza y defiende su presa. Con la única diferencia de que mientras la bestia, que no sabe distinguir entre el bien y el mal, lo hace por razones de subsistencia, lo que lo exime de culpa, esta otra sub-especie bípeda lo hace en respuesta a sus perversos instintos de depredación y saqueo.
Incapaces como siempre han sido de decir y ofrecer algo que despierte el interés y el entusiasmo de los venezolanos, no les ha quedado otra que transitar por el atajo de la violencia que, como hemos dicho, para la oposición es su inclinación natural. Por eso participó, con Primero Justicia a la cabeza, no sólo en la preparación y ejecución del golpe del II de Abril, sino también en la intensa represión que se desató contra los chavistas por el sólo hecho de serlo. En esa oportunidad, como se recordará, con el propósito de provocar una situación que permitiera justificar el golpe de estado, llegaron al extremo de conducir a su propia gente a una encerrona criminal. El plan consistía en producir, mediante la utilización de francotiradores, la mayor cantidad de bajas dentro de los marchistas para luego atribuírselas al Presidente.
Se trataba ésta de una maniobra –el auto-atentado- utilizada por primera vez, que se sepa, por Hitler y sus conmilitones del partido nazi, y que ha sido utilizada después por gobiernos reaccionarios para deshacerse de adversarios incómodos o para derribar regímenes democráticos y populares, como es el caso del que estamos hablando. El truco, por inmoral, no deja de ser sumamente sencillo: cometer asesinatos o cualquier otro acto de carácter terrorista, y luego achacárselo al adversario. En aquella oportunidad, lo que se buscaba con el auto-atentado contra el Reichstag era destruir el parlamento alemán con fin de instaurar una dictadura, como finalmente ocurrió. Pero también, para acabar, de paso, con el odiado Partido Comunista, que era el más formidable opositor que tenían los nazis en la Alemania de esos aciagos años. De hecho, a quienes se acusaron del atentado fueron a unos militantes de este partido, entre los cuales estaba Georgi Dimitrov, quien, asumiendo su propia defensa en el juicio que se instauró al respecto, no sólo desenmascaró la perversa trama urdida por el gobierno nazi sino que también salió absuelto.
Con la criminal maniobra del 11 de Abril, Primero Justicia se estrenaba en la política venezolana. Fue algo así como su bautismo de sangre, pero no la de ellos, la de los dirigentes, desde luego, sino la de las pobres víctimas a las que mandaron a asesinar cobardemente. A esos hechos de violencia siguieron la infinidad de guarimbas que tantas angustias y dificultades les han causado a la población capitalina y a otras del interior del país y los sucesos de la Plaza Altmira, que si no fura por los asesinatos que, con el apoyo de Leopoldo López, a la sazón alcalde de Chacao, se cometieron allí, no dudaría en calificarlos de un ridículo show,
A todos estos desmanes delictivos cometidos por Primero Justicia, habría finalmente que agregar, para no hacer interminable la lista, dos más: me refiero a los atentados ocurridos en la UCV, donde un crecido número de estudiantes estuvieron a puto de perecer calcinados por las llamas. Estos degenerados, animados por ese instinto homicida que los caracteriza y define su lombrosiana personalidad, le prendieron fuego a una facultad de la mencionada universidad, y si no perecieron los estudiantes que dentro del recinto se encontraban en ese fatídico momento, no fue sino por obra misma de la casualidad. El otro desmadre que tuvo como su principal protagonista a esta mafia de rufianes, fue el paro petrolero.
No sabemos si los hechos que hemos mencionados ocurrieron según la misma secuencia cronológica o en el mismo orden en el que los hemos citados, pero eso de ninguna manera les resta a los mismos la perversidad con la que fueron fríamente concebido y ejecutados. Sin embargo, l o cierto del caso es que en Venezuela no ocurre un solo hecho de violencia sin que en el mismo no se encuentre metida la siniestra mano de Primero Justicia. Por ejemplo, hace pocos días, en Barinas, murieron dos militantes de la tolda amarilla como consecuencia de un presunto enfrentamiento entre los seguidores de uno y otro candidato. Y los dirigentes de ese Partido, sin esperar los resultados de las investigaciones que se están realizando, empezaron a responsabilizar al gobierno de ese lamentable suceso.
A uno, que se encuentra a una considerable distancia de los acontecimientos, se le hace muy difícil opinar acerca de lo ocurrido y decir quienes fueron o no los verdaderos responsables de ese trágico hecho. Sn embargo, conociendo los antecedentes de las fuerzas políticas en pugna, no es difícil adelantar algunas consideraciones al respecto. Por ejemplo, la militancia del PSUV no acostumbra llevar armas a los actos que realiza el Partido. En este sentido, nadie puede decir que vio en esos actos a un chavista en posesión de ninguna arma. Lo que no puede decirse de Primero Justicia, el cual, como se ha demostrado hasta la saciedad, no realiza ningún acto sin que sus participantes se encuentren armado, incluso, con armas de alta potencia. De esto hay testimonios gráficos en abundancia.
Por otra parte, quienes practican permanente y sistemáticamente la violencia son los integrantes de esa agrupación política. Y si no, que lo digan los periodistas del Sistema Nacional de Medios Públicos, que todavía deben tener los cuerpos completamente cubiertos de hematomas, producto de las golpizas recibidas a manos de los militantes de Primero Justicia. Pero, además, prácticamente no hubo un solo Punto Rojo del chavismo que no fuera agredido por estos facinerosos, buscando con ello crear una situación generalizada de violencia, que permitiera la suspensión de las elecciones del 7 O. Una de estas brutales agresiones que más trascendió, fue la perpetrada contra uno de estos Punto en Guárico, donde le reventaron la cara a pedradas a muchos -y entre ellos mujeres- de los participantes en esas reuniones, al punto de que no pocos de ellos y ellas perdieron la dentadura y tuvieron que ser atendidos de emergencia en hospitales y clínicas de la ciudad.
Pero hay otros hechos tan significativos, si vale el término, que generan la sospecha de que los sucedido en Barinitas fue un auto-atentado. En efecto, como se sabe, Schemel lanzó la idea, errónea, por lo demás, de que un evento extraordinario pudiera reducir notablemente la ventaja que Chávez tiene sobre el majunche. Pues bien, descartada la posibilidad de lograr la suspensión de los comicios, estos bandidos se han dedicado entonces a buscar ese evento extraordinario capaz de provocar una conmoción en el país. Y en este sentido, ¿quién puede asegurar que estos degenerados, carentes por completo de escrúpulos y del sentido de la decencia, no hayan sido los autores materiales e intelectuales de esos crímenes? ¿Quién puede jurar, conociendo los repugnantes antecedentes de estos bandidos, que mediante un elevado pago y la garantía de una eficaz defensa, hayan logrado convencer a otro delincuente como ellos para que, vistiendo una franela roja, disparara contra sus propios compañeros, no contra los capitostes del Partido, desde luego, sino contra los más pendejos? Ahí queda eso.
Sugerencia: En vista de la maniobra que esta mafia de Primero Justicia tiene preparada en contubernio con el diario franquista del ABC, en el sentido de dar cifras adelantadas en relación con las elecciones venezolanas, el cuerpo diplomático en el exterior debía convocar a diferentes ruedas de prensa y denunciar la diabólica artimaña. En cuanto aquí, no debe haber acto del PSUV en que no se haga esta denuncia.
Para terminar, quiero extenderle mis más efusivas y emocionadas felicitaciones a esa valerosa compatriota, fiel exponente del coraje y la firmeza que caracterizan a nuestras mujeres, que, si dejarse amilanar, puso en su puesto a esos degenerados que andan haciendo llamadas a los chavistas con el fin de atemorizarlos y hacerlos desistir de votar por Chávez. Qué buen ejemplo, carajo.
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