SOBRE EL COMUNICADO DE LA CÚPULA DE LA IGLESIA CATÓLICA
Alguien muy acertadamente recomendó a la cúpula de la Iglesia católica venezolana, crear un partido político en lugar de estar intentando, eso, intentando, porque llevan 14 años como el zapo chocando con el mismo obstáculo que no es otro que el sentimiento popular por un líder, demostrado en mil batallas y por una obra de gobierno visibilizadora de los pobres, ésos, precisamente por los que Cristo se hizo hombre para vivir en medio de ellos y luchar por ellos hasta entregar su vida.
De verdad que da dolor y rabia ver a las máximas autoridades de la Iglesia colocándose una vez más de espaldas a lo que el pueblo por millones se ha encargado de ratificar una y otra vez, oír su comunicado anual, repetitivo en el que igual que la más ultrosa derecha desconoce la inmensa obra que en todos los ámbitos de la vida nacional ha realizado la Revolución, no tiene otra explicación que no sea la de que estos prelados, respiran por la herida que significa la pérdida de privilegios, que durante la cuarta República mantenían, porque los gobernantes de la época, corrompidos y corrompiendo, más que gobernando se dejaban chantajear por ellos para que mantuvieran silencio ante los desmanes e inmoralidades, que aun no se olvidan como las borracheras e infidelidades del nunca mal recordado Lusinchi y descaro de Cap., con sus amantes sumado a los hechos criminales contra el pueblo y el robo descarado de los dineros públicos. Les importaba era que les garantizaran tener buchonas sus cuentas bancarias, les acolitaran sus lujos, choferes, buenos carros, palacios, pleitesía, honores etc. etc., no le perdonan a la Revolución con el Comandante al frente que haya llegado y mandado a parar.
Ahí está el detalle y por ello los hemos visto año tras año, lanzar sus comunicados conspirativos, participar activamente en hechos como los dolorosos del abril del 2002 cuando a sabiendas de que el fin último era darle muerte al Presidente más legitimo que hemos tenido, y en conocimiento de que éste no había renunciado, cohonestaron todas las acciones golpistas de una manera activa, tanto que los vimos celebrando como cualquiera de los protagonistas de aquella aberración histórica que un grupo de anti patrias nos hicieron vivir.
No les pasa por la mente, cuando mienten de manera tan descarada que ellos supuestamente deben ser personas que por su rango, formación moral y ética lo que tienen que hacer es protagonizar acciones ejemplarizantes para cultivar el amor, la paz y la solidaridad entre los miembros de la iglesia y en general de todos los venezolanos; no se concibe cómo después de decir lo que dicen y hacer lo que hacen, puedan en el altar levantar en sus manos la divina hostia y el cáliz sagrado que representan el cuerpo y la sangre de Cristo y cómo pueden tener el privilegio de perdonar pecados, si ellos violan de manera repugnante mandamientos de la Ley de Cristo.
A quien los oye no le queda más que pensar que estos señores que se creen el “non plus ultra” de la verdad, no leen sino la prensa de la canalla y ven sólo globovisión, pues parece que no se han enterado de los enormes logros de las misiones, de la baja de los índices de desempleo, de mortalidad infantil, de la inflación, parece que no saben que este es el único gobierno que lleva los catorce años de gobierno aumentando los salarios por encima de la inflación, que los ancianos antes perseguidos y vejados, ahora cobran su pensión puntualmente y homologada al salario mínimo, que los discapacitados han sido tomados en cuenta como jamás, que el deporte ha logrado éxitos tan grandes que se diferencian años luz de lo que se logró durante cuarenta años de falsas democracias, no han visto las canaimitas que son herramientas tecnológicas gratuitas que están llegando a manos del estudiantado, no saben de los aumentos de becas y eliminación de las llamadas becas-crédito, no saben de los miles de seres que han recuperado su vista, su salud de manera gratuita, hablan de desabastecimiento y escasez y no aceptan, como ha quedado probado en los últimos días, que lo que existe en algunos rubros es un vulgar acaparamiento como en el caso de la harina en la Polar y el azúcar en la Pepsicola y decenas de etcéteras, que o han ignorado o que se niegan a reconocer porque eso les importa un bledo, ya que lo que en verdad les interesa es que les mantengan sus privilegios o les ofrezcan más para que callen y no mientan tanto.
Sabemos que están como muchos siguiendo el guion de quienes les suplen lo que la cuarta les daba y ahora no reciben, han vendido su conciencia, desviado el camino igual que Judas, por unas cuantas monedas.
Que distinto a lo de algunos sacerdotes de verdad, sin jerarquías adquiridas quien sabe por qué métodos, esos que están cerca de la gente y viviendo sus dolores y alegrías, más alegrías que dolores, precisamente y gracias a que tenemos un Presidente excepcional que recogiendo las verdaderas banderas del cristianismo lo que ha hecho no es otra cosa que cumplir lo que los prelados han olvidado, que es la redención de los pobres y olvidados de la tierra.
Están tan ciegos como toda la derecha de este país, que no se dan por enterados de que su actitud lo que está es causando un rechazo general de los verdaderos católicos que se ha reflejado en el cada vez mayor apoyo del pueblo a la Revolución y no pocas emigraciones de estos a otras religiones, cuestión esta que es evidente.
Así, pues, que la actitud de los señores que conforman la cúpula de la Iglesia, por cierto elegidos por nadie, lo que viene es a confirmar su desconocimiento de una realidad que en las últimas elecciones, ha quedado ratificada y aprobada por la inmensa mayoría del pueblo. Pierden su tiempo y la poca materia gris que gastaron en otro documento propio y similar al de la más recalcitrante oposición de derecha, que se niega a entender que aquí las cosas cambiaron y se han hecho irreversibles.
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