Lo sucedido en el Táchira, con el ataque rastrero y cobarde de un grupo de desadaptados, colocando en peligro la vida de indefensas mujeres, en la sede de la Fundación para la Familia, donde despacha la Primera dama de Estado, viene a demostrar, una vez más, la torpeza de un sector de la oposición venezolana que ve como única salida a sus frustraciones ante la sucesión de derrotas, la violencia, una violencia que por sus características deja la sensación de que quienes así actúan no están en sus cabales y deben haber perdido por alguna razón el control de sus acciones vandálicas.
Son jóvenes que responden a una estrategia de una dirigencia de esa que desquiciada y disociada por la influencia de medios de comunicación como globovisión y algunos medios radiales y escritos, utilizan a adolescentes quienes entrenados y dirigidos por profesionales de la violencia como son los paramilitares, pero además convertidos en mercenarios a sueldo, actúan destruyendo cualquier bien que encuentren a su paso e incluso atentando contra la vida de las personas.
La afirmación que hace el gobernador Vielma Mora sobre la participación de paramilitares, es algo que solamente niegan quienes han sido factor importante y necesario para que quienes lo único que saben es matar y ejercer el terrorismo, vengan al Táchira e incluso a otros estados del país, a cumplir los planes desestabilizadores que hemos presenciado y que no son pocos en esto 14 años de revolución.
Lo sucedido contra instalaciones públicas bienes privados y personas en la escaramuza protagonizada por estudiantes y no estudiantes, cobardemente encapuchados y que fue inmediatamente celebrado y respaldado desde Caracas, por un conocido amigo de la violencia, que ha dejado pruebas en videos de su participación directa en hechos que han puesto en peligro las paz ciudadana, pues es uno de quienes han contribuido por ejemplo al ingreso, estadía y financiamiento de los paramilitares de la finca Daktari, es quien no tuvo empacho en llamar por globovisión a los estudiantes a salir a la calle en acciones “no pacificas”, es quien en el golpe d estado despojó a conductores que transitaban por las avenidas adyacentes a Fuerte Tiuna, para evitar la salida desde allí de fuerzas institucionalistas y fue a quien vimos durante las horas del golpe de abril del 2002, violarle junto a su cómplice de fechorías, los derechos al Ministro del Interior, hoy gobernador del Guárico, es decir un vulgar delincuente de la política no sólo por su acciones violentas, sino además por su actuación ilegal contra los dineros públicos cuando alcalde de Chacao lo que le valió una larga inhabilitación.
Es un ejemplar digno de estudio de la psiquiatría, pues cuando habla muestra en su rostro características propias de alguien que no está en sus cabales, que no puede ocultar el odio y la rabia y no mide sus palabras y siendo así es tenido por algunos, casi que irracionales, como un posible candidato para presidir los destinos de la Patria de Bolívar y de Chávez.
Hemos podido registrar últimamente cómo el humor de los venezolanos no exento de creatividad comienza a llamarle “Locoldo” quien olvidándose del fracaso que sus mismos compañeros le achacaron por la derrota del 07 de abril, anda desesperado buscando protagonismo y para ello se ha aliado con una dama que nada tiene que envidiarle, sino que más bien compite con él a ver quien grita más y dice más barbaridades, para salir a decir que desconocen el gobierno legítimo de Venezuela y la decisión del TSJ.
Son un par que bien podría llamarse la versión de “Bonnie and Clide” de la política venezolana a quienes la prensa privada de aquí y no poca foránea, como a aquellos en su época, les da cobertura inusitada, buscando convertirlos en lideres, olvidándose que el pueblo de Chávez ha aprendido mucho y está vacunado no solo contra la violencia sino también contra las malas influencias.
Pobres de ellos están destinados al basurero de la historia como los originales, que tanto daño le hicieron a la sociedad Norteamericana de la época.-
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