Nuestro pueblo está demasiado sensibilizado con la desaparición física del Líder, así que todas las ofensas vertidas por ella, la MUD, tienen que irritar y predisponer pero de ninguna manera hacernos perder la cabeza.
Como la zorra que borra sus huellas con la cola, la MUD, desesperada, hace incluso lo imposible para entrar al Palacio de Miraflores como ya lo hizo el 11 y el 12 de abril de 2002, a sangre y fuego, amparada por francotiradores pagados por el imperio norteamericano. Mas, entonces, descolgó el retrato del Libertador y lo deposito en un baño; no obstante ahora esa misma secta criminal designa a su comando de campaña como “Simón Bolivar”, algo que demuestra el colmo de la desfachatez y de la torpeza.
Pero, ya no podrán engañar de nuevo al pueblo; no es que ellos no puedan usar el nombre de Bolivar sino que para hacerlo, antes deberían disculparse con nuestro sufrido pueblo y hacer propósitos de enmienda.
La MUD llegó al colmo del abuso cuando en abril de 2202, flagrantemente, irrespetó la imagen del Libertador Simón Bolivar y eso no se olvidará jamás; pero, ahora, al tratar de cogerlo de mojiganga, ya esto es algo que no tiene nombre.
Para un bolivariano auténtico, considerar el irrespeto al Libertador sale del marco racional desde el que uno pueda discernir; no obstante, queda a bien el recurso de disculpar a cualquier loco y de eso se trata.
Así que una dosis de comprensión y de tolerancia para con el peor enemigo, dado el caso, es precisa.
Sólo que, si ese enemigo quiere ir al Palacio de Miraflores, hay que advertir que tendrá que ir es al “palacio del blúmer”.
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