El programa de Capriles y la oposición: el odio al pueblo

Con frecuencia se dice, a mi juicio incorrectamente, que la derecha no tiene programa que presentarle al país. Evidentemente su programa político/económico es para su clase, para el país que consideran suyo. En la pasada campaña donde salió elegido reelegido nuevamente presidente el comandante Hugo Chávez, el tema del programa jugó un papel importante en el debate político.

Lo que ocurre es que Capriles, su secta Primero (In) Justicia y la colcha de retazos que es la MUD, con ese típico estilo sinuoso, mentiroso, tenían un programa que se conoció como “el paquetazo”, es decir, la reedición del programa neoliberal que impulsó CAP y Caldera: las privatizaciones de empresas, hospitales, universidades; la privatización de Pdvsa, las empresas básicas de Guayana, la Cantv, la entrega de la soberanía.

Ese programa que regresaría al país a la era siniestra de empobrecimiento y miseria de nuestro pueblo de la Cuarta República lo mantuvieron siempre en secreto hasta que sorpresivamente fue descubierto en plena campaña electoral y denunciado por las fuerzas progresistas. Siendo como es trascendental el programa político en una campaña presidencial porque éste marca el derrotero de lo que cada candidato haría desde el gobierno si obtiene el favor del voto popular, al conocerse aquella guillotina que era ese maléfico programa político. Su oportuno descubrimiento incidió de manera decisiva para la derrota electoral de Capriles.

En esta nueva campaña, la que se impone por el lamentable fallecimiento del comandante/presidente Hugo Chávez, la transparencia de los revolucionarios, de los bolivarianos y chavistas representados en Nicolás Maduro, lo primero que hizo fue, al presentar su candidatura ante el CNE fue entregarle a las autoridades del Poder Electoral un ejemplar del Programa de la Patria, el que originalmente redactó el fallecido Presidente y que fue enriquecido por el poder popular e instituciones como las FANB, en amplias discusiones desde las bases. Sistematizadas aquellas propuestas del pueblo que participó en los debates, fue el programa que Maduro entregó a las autoridades electorales.

Aquella inscripción contó con una masiva movilización del pueblo, de los bolivarianos/chavistas, de los socialistas que plenaron la Plaza Diego Ibarra, la Plaza Caracas y las calles adyacentes al CNE. Es decir, fue un acto abierto, público, masivo, con programa y todo.

¿Fue así en el caso de la candidatura de Capriles Radonski, representante de la extrema derecha y del fascismo delirante y siniestro?

Por allí dice el pueblo, en torno burlón, con sorna, que el candidato derechista se inscribió con señales de humo, porque no apareció por ninguna parte. Pero lo que si había hecho fue dar a conocer su programa, ¿cuál? el programa del odio. ¿En qué consiste ese programa?

En verter veneno, intrigas, insidias y maldad, en primer lugar contra el fallecido presidente Chávez. Aún después de muerto la oligarquía le sigue temiendo a ese gigante de la política, al líder más carismático que se sembró en el alma de la Patria y en el corazón del pueblo.

En segundo lugar el ataque contra la familia Chávez Frías, por lo que ésta significa, por lo que representa para el país, por ser la cuna originaria, humilde, de donde salió el líder. La hidalguía de su madre, Doña Elena Frías; la dignidad de su padre, el maestro Hugo de los Reyes Chávez; de sus hermanos donde destaca de manera particular el hoy Gobernador de Barinas y revolucionario de siempre, Adán Chávez.

¿Y qué decir de sus valientes hijas e hijos?

Estas jóvenes mostraron no sólo su amor inmenso hacia su padre, evidenciaron la dignidad de la mujer venezolana y hacia ellas y la familia en su conjunto vertió Capriles todo su veneno y su odio incontenible, acusándolos de formar parte de un complot para ocultar que el presidente Chávez había muerto muchos días antes.

Tamaña barbaridad y exabrupto no tiene nombre y evidenció la baja calaña, la carencia de moral del representante de la oligarquía; ese señalamiento puso en evidencia la línea político programática que seguirá el candidato en la campaña electoral virtual, fundamentalmente mediática, lo que se evidencia en los brutales ataques contra Chávez y la desinformación de la prensa internacional (CNN, ABC, Miami Herald, El País…) y la prensa derechista nacional: Globoterror, El Viejo País, El Nazional, El Universal; pseudo periodista como La bicha (Berenice Gómez), los Poleo, que niegan con su conducta el verdadero periodismo y son rastreros mercenarios.

Evidentemente ni Capriles ni su secta política, ni la colcha de retazos de la constelación de partidos que naufragan dentro de la disminuida MUD creen en el proceso electoral. Los brutales e injustificados ataques del gobernador derechista con el árbitro, el CNE, contra el Presidente Encargado Nicolás Maduro, contra las FANB y el Ministro de la Defensa, contra el Tribunal Supremo de Justicia, es decir, un ataque, con una insólita carga de odio clasista, contra los poderes públicos, un real y evidente desconocimiento de los mismos a la usanza de Pedro Carmona Estanga aquel infausto 12 de abril cuando se auto proclamó presidente.

El libreto es idéntico, sólo cambió el día y el personaje, pero no las intenciones de desmontar la institucionalidad revolucionaria, ¿pero cómo? Con el plan golpista, terrorista, violento que tienen preparado si les dan la oportunidad de desarrollarlo. El desinterés que muestras por la campaña, no mostrar interés alguno en inscribir la candidatura y hacerlo a través del portero; los ataques contra el cadáver de Chávez y su familia; la provocación al chavismo al ponerle a su comando de campaña el nombre del Libertador, las provocaciones a esa inmensa masa chavista para que se enardezca y tome la iniciativa y ataque a la clase media y a la burguesía en sus urbanizaciones, sus empresas, sus líderes.

Es un plan golpista contrarrevolucionario internacional y nacionalmente orquestado, preparado milimétricamente, antes incluso del deceso del Presidente. Eso tiene que ver con el descubrimiento de los militares norteamericanos sonsacando a altos militares venezolanos invitándolos a unirse a un plan golpista. A eso se agrega el viaje de Capriles a los Estados Unidos del Norte, sus reuniones con los grupos terroristas de la gusanera cubano/mayamera, los grupos terroristas venezolanos que se preparan y adiestran militarmente para “invadir” Venezuela cuando el caos impere en el país, que es lo que están buscando. Las reuniones de Capriles con dirigentes del Departamento de Estado quienes le bajaron la orientación que iba a seguir en su conducta política de ponerse a la cabeza de un abierto plan subversivo. Contacto en Colombia con jefes y grupos paramilitares que “esperan” en las áreas fronterizas el momento de actuar.

Por eso señalo que el programa es el odio en todas sus manifestaciones y como parte de un libreto que está en pleno desarrollo. Capriles no va a hacer campaña, quizás un acto en algún estado que controle la derecha. Esa no es la preocupación de la oligarquía ni del imperialismo yanqui, tampoco de sus cipayos criollos. Ellos saben que Nicolás va a ganar de calle las elecciones, eso es más que evidente, su objetivo es tratar de impedir que ello ocurra, no enfrentándolo con votos sino con la subversión. No nos sorprendamos si en plena campaña Radonski abandona con cualquier pretexto, el presunto ventajismo del gobierno u otros “argumentos”. Eso formaría parte del plan golpista, por ello debemos estar alertas. Al odio de la derecha y la ultra derecha, de la oligarbuerguesía, del imperialismo hacia el pueblo y su líder fundamental, nuestro inolvidable e inmortal camarada Hugo Chávez Frías.

(humbertocaracola@gmail,com)(Con Chávez, Maduro y el Poder Popular, triunfo seguro)


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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