La vergüenza universal que significa para la Patria de Bolívar y Chávez haber pasado por la experiencia de tener como candidato contrarrevolucionario a una persona cuestionada por sus antecedentes delincuenciales, por sus orígenes políticos, como cuota de un cartel mediático, costumbre arraigada en la cuarta república, cuando se cambiaban cargos en el antiguo congreso, por publicidad en los medios, de origen fascista como miembro prominente de una secta llamada “Tradición, Familia y Propiedad”, pésimo estudiante, asiduo noctámbulo en las discotecas de lujo, motos de alta cilindrada y BMW, incluidos, encontrado en la vía pública en la práctica de actos inmorales con persona de su mismo sexo, golpista activo en el intento por derrocar la Revolución en el 2002, invadiendo la Embajada de Cuba, activador y autor de prácticas fascistas cuando abusando del poder, persiguió, detuvo y sometió al escarnio público a figuras del gobierno, falsificador y forjador de documentos militares y consumidor de sustancias prohibidas, lo cual no disimula y es notable cuando en múltiples oportunidades, bajo sus efectos, desvaría ante los medios y no es capaz de construir bien una oración, prueba de que no anda bien, todo lo cual no ha sido desmentido ni por él ni por nadie, simplemente porque las pruebas son abrumadoras, es lo que a muchos, y hoy me sumo, nos llevan a promover la necesidad de que mediante una Ley, una reforma a la Ley Electoral, o simplemente una decisión del TSJ, se obligue a quienes aspiren por lo menos a cargos de elección popular, a someterse a pruebas de sangre que despejen la presunción de consumo de estupefacientes y así evitar que los asuntos públicos, a todos los niveles, se pongan en peligro al caer en manos de una persona, que pueda actuar en contravía de la razón por acción de lo que consume.
Y en el caso que nos ocupa, que es prácticamente público, notorio y comunicacional, que llevó al personaje a perder la capacidad de raciocinio y después de desconocer los resultados que lo derrotaron, llamar, el primer día a la calle a “drenar su arrechera” y no a manifestar pacíficamente, con cacerolas incluidas, cosa que el segundo día quiso rectificar pero tarde, porque el daño ya estaba hecho, y como indefectiblemente debe ser sometido a la justicia, una de las cosas que deben exigir los acusadores, ha de ser el sometimiento a una prueba antidoping, como lo pidió el diputado Amoroso, pero además que confiese quiénes son sus proveedores, para que quede claro el error que el pueblo hubiese cometido si por alguna circunstancia este sujeto hubiese logrado ser elegido como Presidente de la Patria de Bolívar y que hoy estaríamos registrando pues, con toda seguridad, estaríamos lamentando el enfrentamiento entre el pueblo chavista, muchísimos de los que equivocadamente votaron engañados por el individuo y los que sin remedio están desahuciados como consecuencia del terrible odio que los convierte en irescatables sin remedio.
El despeje de lo que se presume como cierto, con respecto al uso de sustancias prohibidas por personajes que quieren gobernar la nación, después de la experiencia vivida con quien casi logra hacerse al cargo más importante del país, se hace estrictamente necesario, para garantizar que en el futuro, nadie que tenga esa clase de vicio, intente llegar a ningún cargo, de elección popular o no y que al comprobársele tal condición sea inhabilitado de por vida para obtener responsabilidades de gobierno, por el peligro que representan para la sociedad.
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