El alto clero parece vivir sólo pendiente del sastre, no trabaja pero come de la matraca; hace poquito fue un tal Monseñor Diego Padrón el que profirió necedades y ahora se turna con el tal Urosa Savino para darle de nuevo a la sin hueso, pero tal para cual, todos son iguales por lo que dicen.
Yo creo que la conferencia episcopal escuálida venezolana -ceev- también conocida como secta del alto clero escuálido (valga la hipérbole) llega a su apogeo escatológico cada vez que uno de esos susodichos, especialmente, abre la boca.
A Urosa le faltó decir expresamente que el general Antonio Rivero era un serafín, no obstante lo dejó entrever con qué desfachatez, con qué cinismo y con qué cara tan lavá.
Por añadidura, el sujeto se lanzó en una defensa de la hostia con respecto a los jefes policiales que acribillaron al pueblo el 11 de abril de 2002 y que ya están detenidos, dijo además y sin rubor, que él hablaba a nombre de toda la emperifollada alta secta eclesial escuálida.
Francamente apena contemplar la corrupción del sacerdocio en la persona de sus más encopetados exponentes tales como Urosa Savino y el tal Diego Padrón.
Los parásitos felices comen sin trabajar ¡Helos ahí!
A propósito, tanto Héctor Lavoe como Ruben Blades cantan esa tan buena que dice:
…juanito alimaña si tiene maña, es malicia viva / y siempre se alinea con el que está arriba / y aunque a medio mundo le roba la plata / todos lo comentan nadie lo delata / a la le le le le lo la / en su mundo es un mala entraña / atracando vive juanito alimaña /…es alma que lleva el diablo / el rey de las fechorías / ayer me dijo facundo / todo el mundo lo conoce / oye men, en el bajo mundo / mira mírale las manos / en ellas no tiene un callito / ese nunca ha trabajado y siempre anda bien bonito .
Otan: ¡Retrato hablado (o mejor dicho, cantado)!