Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, mejor conocido como Mario Moreno “Cantinflas”, firmó en 1956 una película que causa revuelo: “La vuelta al mundo en 80 días”, mereciendo con ella “El Globo de Oro”, (Golden Globes), otorgado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood. A diferencia del “Charle Chapín de México”, a Capriles Radonski lo pasaran directo al Libro de Guiness, pues batió records como el viajero más rechazado por los Jefes de Estado del mundo. Más terco que mula sabanera, el facisgolpista desestima que los gobiernos serios no acostumbran derrochar tiempo tratando con fatuos y mitómanos, y menos cuando han sido derrotados dos veces consecutivas en menos de seis meses. Razones tuvo Enrique Peña Nieto, cuando fue el primero en tirarle en sus propias narices las puertas del palacio de gobierno al lacayo del imperio.
Y no podría actuar de otra forma, quien como Peña Nieto catapultó su carrera política iniciándose como gobernador del Estado de México, cargo que ejercería desde el 2005 al 2011. Abogado egresado de la Universidad Panamericana con más alta calificaciones que el mediocre Capriles, Peña Nieto también es Maestro en Administración de Empresa, por lo que entendió que en un hombre publico lo que más cuenta es el cumplimiento del deber ser, evitando así caer en el error de andar faroleando como peregrino, y haciendo el triste papelón del hazmerreir ante el mundo. Y porque entendió que el rol eficiente de un hombre de Estado consiste en hablar menos bolserías y hacer más obras para satisfacer a los gobernados, Peña Nieto alcanzó en el 2012 la presidencia de la nación azteca, contando para ello con el apoyo de la alianza electoral “Compromiso por México”, que agrupó al Partido Revolucionario Institucional y al Partido Verde Ecologista de México.
En esa grosera viajadera al exterior para despotricar de Venezuela—y descuidando así al Estado Miranda que por pírrica ventaja le dio otro periodo--, Capriles vuelve a tropezar con la misma piedra. Esta vez, el masoquismo del candidato derrotado de la MUD tocó techo, pues no se imaginó que en Santiago de Chile seria abucheado por una multitud que le gritaba: “asesino y traidor de la patria”. Y no podría ser de otra forma que fuera rechazado por los chilenos, quienes aún mantienen húmedo en el recuerdo colectivo a hombres de la talla de Don Andrés Bello en 1829, Don Cecilio Acosta y Don Mariano Picón Salas, todos ellos ejemplos de civismo y dignidad ciudadana. ¿Acaso reaccionarían con supina indiferencia el mismo pueblo que vivió la experiencia de la Primera República Socialista de Chile, proceso iniciado el 4 de junio de 1932 y que terminó con la renuncia del Presidente Carlos Dávila el 13 de septiembre del mismo año? Por cierto, por su corta duración se le asemeja a la efímera Comuna de Paris de 1871. Igualmente, la gente se pregunta: ¿Qué explicación dará Capriles a sus seguidores cuando sepan que el Presidente Sebastián Piñera se negó recibirlo en el Palacio de La Moneda, y apenas compartió una cena en casa de uno de los esbirros más sanguinarios de la tiranía de Augusto Pinochet? Y en cuanto a la visita de Capriles al Perú, los medios lo rayaron retratándolo con Alejandro Toledo y Alan García, dos ex presidentas con fama de capos de la corrupción, pues el Presidente Ollanta Humala solo le refregó en su cara que con zoquetes ni a misa.