Luego de la contundente derrota que propino a la oposición el presidente Nicolás Maduro en las pasadas elecciones presidenciales, se cansaron de cantar fraude en nuestro país, en toda América y el Mundo, pero como se les acabo el discurso comenzaron a ver qué inventaban; llegando hasta el punto de decir que Chavez estaba vivo y sacaron una presunta grabación del máximo líder de la revolución a la luz pública, lo que causo el rechazo de todos, por vil e irrespetuosa manipulación.
Pero la oposición para no morir tiene que ver como sigue la controversia, y se enfrascan en denunciar que Nicolás Maduro es colombiano o tiene doble nacionalidad, inventan historias de todo tipo para distraer la opinión, en vez de dedicarse a defender y luchar por sus posiciones en las próximas elecciones municipales, pero como saben que no saldrán bien parados buscan distraer la opinión pública, con esos cuentos de carretera, incluso aquí en Margarita ya están diciendo que el Gobernador Mata Figueroa tiene cáncer y se va a morir; muchos desearían tener la salud de nuestro General en Jefe y tan respetado Gobernador de Nueva Esparta.
A estos politiqueros y precursores de la desgracia yo no los tomaría en cuenta en lo absoluto, y dejaría que los ciudadanos se encarguen de juzgarlos por sus acciones y triquiñuelas.
Hablando de la presunta nacionalidad de Maduro, debemos recordar la creación de la Gran Colombia: País creado en 1821 por el congreso reunido en Cúcuta con el nombre de República de Colombia. Dicho término se emplea para distinguirla de la actual Colombia, cuyo territorio por entonces era conocido como Nueva Granada. Esta república se configuró a partir de la unión de las anteriores entidades coloniales del Virreinato de la Nueva Granada, Capitanía General de Venezuela y Presidencia de Quito, al igual que la Provincia Libre de Guayaquil; su superficie correspondía a los territorios de las actuales repúblicas de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela; y otros territorios que pasaron a Brasil, Perú y Nicaragua por acuerdos internacionales celebrados entre estos países y las repúblicas surgidas de la disolución grancolombiana. El Estado como fruto de la unión de dichos pueblos se disolvió a finales de la década de 1820 e inicios de los años 1830. Esto fue el sueño de Bolívar, que lamentablemente no se pudo consolidar, pero yo sin darle más explicación a nadie le diría a todos los venezolanos: Que bueno que Nicolás sea Colombiano y presidente de Venezuela, porque a tales efectos lo podríamos designar presidente de Colombia y continuar con la unidad latinoamericana de la Gran Colombia, donde tendríamos al hijo de Chavez cumpliendo el sueño del Libertador Simón Bolívar.