¿Te acuerdas de aquella convocatoria del 15 de abril, después de haber sufrido tremenda derrota ante el primer presidente chavista? La hiciste por Globovisión. En aquella oportunidad convocaste a salir a la calle con arrechera. Y el saldo fueron 11 muertos, entre ellos uno niño y una niña. ¿Te acuerdas de eso, Henrique Capriles? Tienes una deuda pendiente con los familiares de esas personas. Pero ellos esperan que se haga justicia. Que se llegue al verdadero culpable de aquel aciago día, de incendios y muertes.
Ahora, recientemente hiciste otra convocatoria a los 365 municipios del país, para que salieran a protestar por las medidas económicas que ha venido tomando el gobierno de Nicolás Maduro. ¿Y qué pasó Caprilito? Nadie, absolutamente nadie te hizo caso. Eso lo celebró a lo grande María Corina Machado. Mientras que Rafael Poleo, desde su exilio voluntario y, de paso, dorado, dijo en su columna que ya no es ni corta ni profunda, que tú no tenías nada que buscar. Algo así como “ no te vistas que no vas para el baile”.
Das tristeza, Caprilito. No encuentran qué hacer contigo. La MUD te detesta. La derecha internacional te ha perdido la confianza y te cataloga como un pobre y mediocre líder de pacotilla, que nos la talla, y que Maduro te ha pasado por encima, dejándote chirriquitico, como un pequeño insecto que sólo eres visible ante un microscopio. Y eso te pasa por querer ser lo que nunca has podido. Te falta guáramo. Te falta altura. Te falta verbo. Te faltan ideas. Te falta discurso. Te falta carisma. Te falta el don de cautivar a tu gente. En fin, de falta todo. Eres un poco menos que nada, políticamente hablando.
Tú, Capriles, eres el culpable de la paliza que se va a llevar tu partido y los que te siguen. Van a quedar como pajarito en rama. Volteando para los lados, sin percibir que los ha derrota, una vez, la gente de Chávez, es decir, el chavismo. Que ahora mismo está alzado bajo la conducción de un verdadero líder: Nicolás Maduro Moros, el hijo de Chávez, el obrero, el autobusero, y el que tiene dos nacionalidades, según ustedes. Te aconsejo, de verdad, verdad, y de todo corazón, que les des paso a María Corina, que te haciendo, desde hace rato, cambio de luces. ¡Se cansa uno! ¡Volveré!