El 2014 será un año determinante para medir resultados del conjunto de medidas económicas que viene adoptando el Presidente Maduro, con el firme propósito de neutralizar los efectos nocivos originados por esa infame guerra económica, que desde sus inicios tuvo como motivación fines electorero, sin que hasta la fecha lograra concretar mayores éxitos, pues esta vez el tiro le salió por la culata a quienes llevan años apostando al fracaso del nuevo ciclo histórico.
Sin embargo, no todo está color de rosa, ni la fiera quedó atolondrada después de llevar más palo que una gata ladrona el pasado domingo. Conociendo las viejas mañas de una oposición que por su naturaleza es traicionera y desleal hasta con sus seguidores, entonces cómo confiarnos de una aparente calma tramposa que busca sorprendernos en nuestra buena fe. Con razón dice el refrán que del agua mansa líbrame Dios, que de la brava me cuido yo.
De modo que lo más pertinente y correcto es estar ojo avizor, preparándose desde ya para lo que viene en los primeros meses del 2014, pues sería una quijotada del tamaño de las pirámides de Egipto, creer a estas alturas que la MUD esta vez se cruzará de brazos, dejando enfriar la calle, y perdiendo así la posibilidad de recoger firmas para armar y revocar en referéndum a la Asamblea Nacional, paso inicial para ir luego por la joya de la Corona en Miraflores. Menos mal que soñar no cuesta nada, ni tampoco hoy es más fácil asaltar el poder, que soplar y hacer botellas. O no es verdura el apio.
