Conociendo antecedentes de una oposición irracional que lleva años infectada de odios incurables, cómo iba a esperarse que a última hora no le dieran palos a la lámpara. Por esta y otras razone, muchos fuimos los que nos mostramos escépticos, porque son tantas las veces que la oposición mete la pata, que hasta el más ingenuos se convenció que la MUD siempre la pone mal a la entrada o a la salida. Por ello no estuvieron nada despistadas nuestras conjeturas, pues la canalla ni siquiera habían terminado de lloriquear con lágrimas de cocodrilo, cuando intempestivamente con una sonrisa irónica sacaron de la manga el insolente documento, contentivo de la misma rancia cantaleta, que ya incluso aburre a sus propios seguidores. De modo que fueron estas las razones de peso, que ajenas a la voluntad del Presidente Maduro, hicieron imposible que prosperaran sus buenas intenciones, y que a su vez mostraron al mundo su trasparente vocación de querer llevar la fiesta en santa paz, por encima de la miseria humana de una oposición que del obstruccionismo hizo un ritual, y que no pierde ocasión para masturbarse apostando al fracaso del país.
Pero como no le pueden echar cuentos a quien sabe de historia y conocemos el pájaro por la cagada, este humilde observador en ningún momento estuvo caído de una mata, creyendo en proclamas de intenciones ni en promesas farisaicas, porque hasta las piedras saben que la única forma que la rabiosa oposición entrara en razón, tendría que volver a nacer. Bastó y sobró saber que era Ledezma, hijo putativo de CAP, quien coordinó la representación de la MUD, para que ni los ingenuos se hiciera ilusiones con respecto al sonado encuentro en Misia Jacinta, que dicho sea de paso resultó poco productivo. Y porque al buen entendedor pocas palabras, esta vez la inmensa mayoría de venezolanos quedó plenamente convencida que gastamos pólvora en zamuro, tratando de agotar cualquier vía democrática, para encontrar coincidencias entre partes en pugna, cuyos intereses creados son inconciliables. ¿Acaso no es necio intentar mezclar agua y aceite, o socialismo chavista con neoliberalismo salvaje?
Ojala que el Niño Jesús se apiade de los escuálidos, trayéndole una pequeña dosis de racionalidad, que tanta falta les hace, en tiempos en que la historia acelera su marcha.