En verdad fue algo indescriptible. Ese anciano de lentes, mínima estatura y traje dovilleroque hablaba dirigiéndose al Presidente de Venezuela Nicolás Maduro como un seminarista nuevo, no era un personaje de Hans Christian Andersen, de los hermanos Grimm, no, no era Dopey, ni una fábula de Esopo; era Antonio Ledezma, adeco de vieja pensión tratando de dar lástima a¡los televidentes!
Hablaba con parsimonia, deletreando las oraciones verbales, mirando ¿otra vez? de soslayo. Parecía un mediocre director de cine revisando los puntos de la escena, tal vez buscando EN SUS ACTORES quien tenía más cara de jala bola, quien lo miraba más para dedicarle la cotorra demagoga. Parecía que recitaba a Rosalinda pidiéndole a Nicolás que le devolviera sus corotos que presuntamente le birló jugando a los dadosVENGA A VERLO DON VENTURA
Pensó, quien escribe, que Antonio estaba sedado, que se había clavado una loratadina para aliviar la picazón, porque a los adecos los CHAVISTAS les producen alergia. Le pedí a Soledad, la que siempre me acompaña que me trajera un poco de agua de avena y me paré y la saqué de la nevera (el agua de avena). Volví a la cama. Me restregué los ojos creyendo que esta vaina de ser vejestorio en verdad minimiza la visión. Pero no, era cierto. Era el mismo hombre que en 1989 le pedía a su patrón CAP que les echara plomo a esos revoltosos que saqueaban los negocios de su FEDECÁMARA porque tenían hambre ¡nojoda!
Era el mismo Antonio Ledezma que enviaba a sus huestes, cuando fue Gobernador de Caracas, a darle peinilla por ese culo a estudiantes y ancianos- no más viejitos, por favor- que pedían unos educación y otros su pensión para comer. Carajo camarada, sí, el que hablaba como un Cupido de amor eterno e inolvidable, tal vez un día estaremos juntos para seguir amándonos, la, la, la, era el mismo ANTONIO LEDEZMA que de madrugada mandaba a sus policías adecos al 23 DE ENERO para que sacaran a los adolescentes de los apartamentos a punta de patadas, culatazos, gases y ofensas porque eran comunistas y ellos se comen a los niños picaditos con cebollita, según carelluviaMachado.
Verga pana, el mismo que gritaba en la esquina de Las Monjas subido a un taburete cuando era Alcalde de Caracas: No queremos que esta vaina sea país bolivariano, no, no y no Coño el ídem ANTONIO LEDEZMA que en 2002 junto a su esposa les colocó candados a todas las oficinas de la ALCALDÍA porque Esa vaina es de Antonio. Decía la señora en un verbo no apto para niños- y cerraba con arrechera.
Esa noche, frente al PRESIDENTE DE VENEZUELA, pedía respeto, pedía paz, amor, comprensión porque a él lo eligió el pueblomantuano y que Nicolás le devolviera todo, todo, todo, porque, le pareció a este escribidor, que a ANTONIO LEDEZMA le hace falta dinero para seguir viajando por el mundo a echarle mierda a Venezuela y para agregarle a su policía cabillera un sinfín de viejos PM, de esos que iban en la balllena disparándoles a los de puente Llaguno en aquel inolvidable abril 11 y para que estén prestos para cuando se arme el peo que él y su combo tienen preparado para el futuro!Coño yo quedé loco de bola viendo a ese sujeto y lo comparé con EL PRINCIPITO de Antoine de Saint- Exupéry! Fantasía al fin por el diminutivo
