Locoldo y Pluscuamperfecta [“Leo Ló” y “Mari Macha”]

¡Sube el telón y….qué desolación!


La libertad sin dirección es vacía, ¿qué vale ser libre cuando el hombre no sabe que hacer con su libertad? ¿De qué le sirve a un/a actor/actriz hacer un papel tualé y, para colmo al final de la función quedar tirado en el piso con los hilos encima?


Un artista que no sepa de arte no merece una medalla ni un aplauso y, si por casualidad éste, de seguro ha de ser como el aplauso a los mosquitos.


Érase una vez una mosquita viva que vivía en Pelotillehue, ella tenía un hijo muy travieso al que le gustaba andar por calles y carreteras pero su mamá le advertía siempre del peligro que corría estando fuera de casa.


_Hijo, no te conviene coger la carretera, un día de estos tú mismo te vas a echar una vaina, lo menos que van a decirte es loco y cuidado como te zampan tu coñazo.
A lo que el atrabiliario mosquito replicó así:


_Mami(ta), no te preocupes, más bien alégrate que cuando la gente me ve de inmediato empieza a aplaudirme.


Y, es que la Pluscuamperfecta ya empezó a aplaudir; uno menos y ya van dos -pudo pensar- y por precaución de seguro se guarda bajo la falda una penca de sábila por si las moscas pero ella tendrá que rendirle cuentas a Dios, a propósito de lo cual, que rece y que se ponga un casco por si del cielo se desprende un mazo y le cae en la cabeza.


Mientras tanto, que aplauda a Locoldo.


¡Baja el telón y aparece el tramoyero!


¿Cómo se llama la obra?
 



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Guillermo Guzmán


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